Capítulo V

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Madeline

— Entonces cuando llegamos había tres patrullas estacionadas en frente de la casa, casi me da un infarto, Madeline!

Luego de que me quedé sola Alan no había tardado en venir a buscarme. Cuando estacionó el auto enfrente de mí había salido rápidamente del coche para acercarse y repetirme una y otra vez que lo sentía por déjame sola

Ahora estábamos los cuatro en el auto escuchando la explicación de Alan de por qué de la nada se había hecho "humo".

Al parecer... Después de que fuera al baño, Dylan había pedido a mi hermano que si lo podía llevar a buscar algunas bebidas que faltaban. Claro que cuando se fueron tardaron más de lo que esperaban, sin contar que al parecer alguien había hecho entrar más personas a la casa.

Pero había algo que no encajaba, y es que mi hermano se había ido con Sara, dejando a Valentín para que no me quedara sola

¿Por qué no lo había visto entonces?

Me giré para mirarlo ya que había estado al lado mío y este me devolvió la mirada frunciendo el ceño confundido.

— ¿Dónde estabas? Por qué no te vi cuando los busqué. — alce una ceja para darle más presión ante mi interrogatorio

— ¿Qué? — pregunto removiendo el en el asiento algo incómodo por las miradas fijas sobre el

— ¡Es cierto! Dónde estabas? Te había dicho que la esperarás y cuando llegue vos ya estabas afuera. ¿Cómo saliste con la policía en la entrada? —aclaro mi hermano apuntando con su dedo índice

— Ajam... okey. Verán... cuando ustedes se fueron, estaba esperando a Madie y como estaba tardando subí hacía el segundo piso, me cruze en el camino a Angie y terminamos charlando en el cuarto de Dylan.— contestó poniendo una sonrisa de ángel como si no hubieses hecho nada malo.—Para cuando baje los policías entraban en la patio y como Angie tenía la llave que al parecer le había dejado Dylan, salimos por la entrada sin que se den cuenta

Hice un mueca de asco cuando comprendí lo que quería decir. — ¡Qué asco!

Valentín y mi hermano se estaban riendo mientras Sara nos miraba como si no entendiera.

— ¿Qué? ¡No había nadie! — se argumentó

— ¡Yo estaba ahí! — le grite mientras le pegaba en el brazo

— No entiendo por qué pelean ahora? — le pregunto murmurando a mi hermano mientras esté se había vuelto a tentar de risa con la pregunta.

— No pasa nada, Querida Sarita... A la pequeña Torres no le gusta que hable con alguien más. Es un poco celosa. — le dijo mientras me miraba con una sonrisa que le hacía brillar sus ojos.

— ¡Nada que ver! Por mi podrías charlar con quién vos quieras pero estando a diez metros de mi. — le grité golpeándolo en el hombro con mi mano.

— Está en negación. — le murmuró a Sara haciendo que esta soltara una risa.

Dios... este chico me irrita y más cuando toma, se pone pesado y parece un nene con sus berrinches.

Y estaba más que segura que había tomado pero no tanto como para arrastrar las palabras al hablar.

— ¡No te vuelvo a dejar a cargo más! — le reclamo mi hermano

— No tienes por qué dejar a alguien, yo me puedo cuidar sola. — Conteste irritada arrugando la nariz

— ¿A quien mataste para salir Pequeña Torres? — Preguntó entrecerrando los ojos para mirarme mientras se inclinaba un poco hacia delante

𝑬𝑵𝑻𝑬𝑳𝑬𝑸𝑼𝑰𝑨 (Pausada)Where stories live. Discover now