Entonces ella me miro con mucha rabia después de haberle preguntado.
Todo el mundo nos miraba.
-... Que opinas? -pregunté ya que no respondía.
Ella tira el almuerzo del comedor con furia hacia el suelo y sin decir nada se marcha.
Me sentía ridículo pero lo disimulé muy bien... Bueno, eso creía.
Al día siguiente no pude verla a la cara, la vergüenza no me lo permitía.
Que feo es sentirse rechazado.
Vuelvo a estar solo.
Aunque no del todo.
-oye -dijo Raymond, mi amigo tonto, luego de sentarse junto a mi en el comedor -escuche que ayer un imbecil se le declaró a Jennifer, Ja, ¿puedes creerlo? No imagino mayor eztupides.
-Si Puedo creerlo... -lo dije doblando un tenedor de metal.
-¿sabes que es lo mejor? Es posible que mas tarde se agarren a golpes, buena ocasión para haber traído mi cámara.
-¿quien? ¿Cómo así?
-¡¡SSSSSSS!! No soy chismoso pero escuché que esto llegó a los oídos del líder del equipo de fútbol.
-¡¿Kevin?!
-¡exacto! El prometido de Jennifer. Pobre sujeto, Kevin mide como tres metros de altura y ni hablar de sus brazos que parecen dos gorilas con esteroides, casi me compadezco del imbecil.
-¡Idiota! ¡Ese imbecil soy yo! -le grite mientras me levanto de la mesa.
-¿cómo?... -al parecer aún no lo entendía.
-esto es malo... ¿Que hago ahora? Ese tipo me va a liquidar.
-oye, explicame... ¿Tu le dijiste a Jennifer, tu, mi amigo el que nunca ha tenido una novia en su vida, tu... Le pediste tener relaciones sexuales al frente de todas esas personas?
Lo mire con mucho desprecio -tal vez...
-no... No lo puedo creer... Todo este tiempo pensé que yo era un tonto pero veo que usted, su majestad, me ha superado.
-¡yo no soy a quien encontraron en el baño masturbandose con una foto de Barack Obama!
-¡hijo de tu puta madre! ¡Solo fue una vez y no era Obama!
-¡no seas así! Además, parte de la culpa es tuya.
-¿yo? ¿Por qué?
Saque un CD de "como ligar chicas" de mi bolso -¿esto te parece familiar?
Raymond empieza a reírse a carcajadas.
Yo solo podía verlo con todo mi desprecio -¿sabes que? Pudrete.
-¡no pensé que lo tomarías enserio!
Recojo mis cosas y me largo.
Él no dejaba de reírse.