𝘊𝘦𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘱𝘢𝘱𝘢́: 𝘚𝘉

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DADDY'S JEALOUSY

SIRIUS BLACK ;

Se dice por hay que todos los hombres que desean hijos, desean en el fondo que sus hijos sean varones. Si tienen un hijo, desean que sea un varón, si tienen tres, desean que los tres sean varones. Incluso si son veinte, dirían que ojalá todos ellos sean hombres.

Y tal vez crean que es para que puedan enseñarles malas costumbres, como el conquistar mujeres, hablar sobre deporte, sentirse orgullosos cuando ellos les presenten su primera pareja, para vestirse iguales y muchas cosas más.

Pero en realidad es porque tener una hija es aún más serio y difícil, pero al mismo tiempo es lo más mágico que puede haber.

Fleamont Potter esperaba a su segundo bebé, fue emocionante para el que su hermosa Euphemia le contará de su embarazo de James, y de por sí fue aun más magnífico escuchar otra vez lo mismo tiempo después.

Ese bebé iba a ser recibido con mucho amor y alegría, el segundo milagro de los Potter, se podría llamar.

Ya la pareja había pensado en miles de nombres para el nuevo integrante: Damian, Connor, Charlie, Jake, Harry...

La habitación estaba decorada en un 90% de color rojo en honor a la casa de Gryffindor y con un aire masculino que se olía incluso a través de la puerta.

Al llegar el día todo fue un giro gigante.

Euphemia al escuchar a la enfermera tuvo miedo de lo que dijera su marido, pero Fleamont al ver y recibir a la fragil y bella niña en sus brazos, supo que nunca había estado tan enamorado de alguien como de ella.

Ella llevaba 5 minutos de nacida y ya tenía a Fleamont a sus pies.

Heather, así decidieron llamarla.

Pasaban los años y cada vez que la pequeña Heather crecía, Fleamont se aterraba aún más.

Le aterraba que su niña tuviera que vivir en el mundo real, le aterraba que la gente la lastimara, le daba miedo incluso que la tocaran.

Euphemia reía cada vez que hablaba de eso con su esposo. Le encantaba la manera en la que aquel hombre amaba a su pequeña.

― Cariño, algún día pasará ― le decía Euphemia a Fleamont mientras cada uno mecía a uno de sus hijos que permanecían dormidos ― Irá a la escuela, conocerá a mucha gente con diferentes maneras de pensar y con diferentes intenciones, y cuándo se encuentre con esas personas aprenderá de ellas y será una persona increíble.

― Exactamente, no quiero eso ― opinó el hombre acariciando la mejilla de Heather con su dedo ― No quiero que le pase nada malo.

Euphemia soltó una risa ― Es una persona, no puedes hacer que nadie además de su familia la mire.

― No, no me importa que miren, es decir mírala ― sonrió cuando la miró ― pero no quiero que alguien la mire de mala forma, o que le hable de mala forma y la hagan sentir mal, o... o tal vez alguien la tome del brazo o de la mano y la lastime, no quiero que cualquiera tenga el privilegio de si quiera tocar su nariz. ― su esposa lo miró con ternura.

Fleamont se esforzó mucho en demostrarle a su hija que ella merece lo mejor y sólo lo mejor, pero no sólo de la manera ambiciosa, sino en cuanto a sus relaciones interpersonales.

La relación de padre e hija, es la primera referencia en la que cualquier mujer aprende a como es ser amada por un hombre.

Por eso, fue un infierno interno para Fleamont ver la adolescencia de Heather, más por la parte en la que su niña se enamoró de uno de los amigos de su otro hijo, y para rematar, decían que era el mas mujeriego de Hogwarts.

marauders; one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora