𝘚𝘰𝘯𝘳𝘪𝘴𝘢; 𝘚𝘉

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SMILE;

SIRIUS BLACK

El chico parecía ser víctima de una fuerte poción de amortentia. Su mirada no se despegaba de ella, en su mente solo estaba ella rondando por todos y cada uno de sus pensamientos, cada palabra que salia de la boca de la chica era como un libro de poesías para él.

Él se enamoró.

Encontró una nueva razón de vivir, una razón para sonreír, es que de tan solo verla sonreía, sonreia al saber que ella estaba ahí simplemente existiendo y eso le bastaba. No estaba exagerando ni nada por el estilo, él enserio le había entregado su todo corazón y aprecio a ella.

Con solo decir que en una ronda de preguntas le dijeron a Sirius «¡Canuto! Entre tu chica y James ¿A quién eliges?» no duró nada para que él dijera «A ella»

Si ella decía que el sol era azúl, Sirius ciegamente le creería sin pensarlo. Si ella estaba feliz, él también lo estaba. Si ella estaba deprimida, él también lo estaría solo por ella.

Se puede decir que modificaron a nuestro Sirius, ese chico coqueto con el mundo y despreocupado se fue y cambió lugar con uno igual, pero más feliz y enamorado.

En cuanto a la chica, osea tú. Para la suerte de los Merodeadores y del universo, tú no tenías malas intenciones con Black, lo amabas con esa misma locura, velabas por su bien en todo momento y podrías recorrer los 6 continentes si fuera necesario solo por él, porque él se lo merece.

...

Era octubre, época de Halloween. Pretexto perfecto para hacer fiestas durante todo el mes, en todas las salas comunes de las 4 casas, sin excepción alguna.

Tu y Sirius acababan de llegar de una maravillosa fiesta de los Hufflepuff, el reloj marcaba las 3:23am y a pesar de haberse ido de la fiesta, allí cerca a las cocinas del castillo, aún se oía la fuerte música y podría apostar que había uno que otro chico ebrio por ahí siendo víctima perfecta para Filch.

— Por Merlín, me duelen los pies

— Te ayudaría con eso, pero estoy igual - respondió Sirius - Y eso que ni siquiera tengo tacones. Tus pies son unas malditas piedras

— Se llama talento femenino.

Cerraron la puerta del cuarto de los muchachos y se comenzaron a desvestir para poder descansar, ya habían intimado varias veces tiempo atrás por lo que todo fue muy natural. Una camiseta de Led Zeppelin y unas bragas eran tu pijama mientras que Sirius tenía el torso desnudo y un pantalón largo de lana.

Ambos dejaron sus cosas en su lugar, hicieron su higiene nocturna y en silencio se acostaron ambos en la cómoda cama de cobijas rojas.

Sus manos se expandian por toda tu espalda sintiendo que en ese momento lo tenía todo, tu cuerpo sobre el suyo y tus brazos rodeando su torso, las respiraciones era lo único que se escuchaba en la habitación, y por si fuera poco, las cortinas de las ventanas estaban abiertas y dejando que la luz de la luna y las estrellas entrará por ahí.

— Cariño

— Dime, linda

— Te amo— dijiste y levantaste tu rostro para verlo

Él sonrió con felicidad viendo tu rostro — Yo igual y no te imaginas cuánto te adoro — sonreiste — ¡Carajo! Eres tan jodidamente preciosa cuando sonríes

─ ℋ

Inspiración: Canción; Mine-Bazzi

marauders; one shotsWhere stories live. Discover now