Millions | KookJin +18 LIBRO #1

Capítulo 2: El becado

Un tercero.

Un cuarto.

¡Hijos de su perra madre!

Se planta en medio de la calle cuando ve venir otro, no le quedó de otra que frenar.

El sujeto le abre la puerta y se mete con todo el malhumor del mundo. Está harto y eso que ni siquiera empezó realmente su día.

—¿Adónde se dirige, niño?

SeokJin saca de su mochila sus lentes de diseño exclusivo, y se los coloca. Debería lucir como un becado pero no puede vivir sin sus lentes.

—Golden Academy —dice sin más. 

Baja sus anteojos unos centímetros para observar al sujeto que no movió el vehículo.

—¿Hay algún problema? —pregunta.

El tipo carraspea incómodo.

—Es que, jóven, esa institución es muy exclusiva. No creo que me dejen pasar con este taxi todo viejo y oxidado —le explica.

Deja caer su cabeza contra el respaldo del asiento, se le había olvidado ese pequeño detalle. Aún así, no puede ir caminando, y auto obvio no tiene. Su padre no fue tan misericordioso con él.

—Puede dejarme unas cuadras antes. Eso sería suficiente —pide.

El hombre asiente.

Su mañana ya comenzó bastante mal. Aún sin poder olvidar esos ojos.

****

El taxi frena dos cuadras antes, perfecto.

—¿Aquí está bien?

—Sí, de esta forma no habrá problemas.

Le terminó de pagar al taxista para luego quitarse sus preciados lentes y guardarlos. Nadie puede verle con ellos si debe aparentar ser otra persona.

Una persona de bajos recursos.

Sujeta con fuerza la correa de su bolso, sabe que está capacitado para esto. Puede hacerlo sin sus amigos, sin su familia, nadie debe de hacerlo flaquear.

Camina rápidamente las dos cuadras ansiando que llegue el momento de comenzar el reto.

Se para en frente del gran portón abierto de color negro que tiene el logo en dorado con las dos dagas, como su dige. No es nada que no haya visto antes, quiere decir, conoce todas las instituciones como la palma de su mano.

"Los Kim llevamos una mirada altiva" siempre fue el pensar de su abuela paterna, y él sabe que debe respetar esa creencia, así que alza su barbilla y se plantea que no debe temer.

Se adentra tranquilamente al campus y... justo lo que esperaba. Autos últimos modelos, personas distinguidas hablando con la refinería que se les exige. Nada que no pueda manejar. Aún así, entiende que él no es uno de ellos.

Sabe que se divide por sectores. El jardín está repleto de rosas rojas y es adornado por una gran fuente, y en frente yace una estructura antigua pero gigante que irradia poderío.

En el gran jardín todos los pichones de la alta sociedad se reúnen a presumir.

Se abre paso y puede percibir miradas que recaen. Es bastante obvio que es nuevo, todos conocen a todos y si no tienes una cara que ellos ya hayan visto; es señal de que eres una clase de un nuevo experimento por estudiar.