Don't Blame Me [Era Merodeadora]

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Estuvimos todo el viaje hablando de lo que habíamos hecho por vacaciones y de todas las cosas que haríamos una vez que llegáramos al castillo. Estaba demasiado emocionada por ver a los chicos, porque a pesar de que nos hubiéramos mandado cartas, no era lo mismo. 

Eran unos granos en el culo, pero se les quería demasiado.

Una vez que llegamos, salimos del tren y buscamos nuestros carruajes para que nos llevaran al castillo. Pandora se fue a buscar a Regulus y las demás nos subimos a un carruaje y estuvimos hablando de cualquier cosa mientras yo buscaba disimuladamente con la mirada a los chicos.

Lo bueno es que los localicé riendo mientras caminaban hacia un carruaje, así que sonreí y volví la mirada hacia las chicas, tampoco quería que ellos pensaran que los estaba observando detenidamente. 

Tampoco podía negar que se veían realmente bien y eso que solo estábamos en quinto año, si ahora eran demasiado apuestos cuando estuvieran en séptimo estarían... No había una palabra educada de decirlo.

Pero como siempre decía Marlene: "Hay hombres que son como el vino, cuanto más años pasan, mejor se ponen". Y en eso ella tenía toda la razón del mundo y estaba muy de acuerdo con ella, eso es lo que les pasaría a los Merodeadores, en especial a James, Sirius y Remus. No podía decir nada de Peter, porque para mí era como un hermano, además había algo entre Mary y él, aunque tampoco nos había dado muchos detalles, ninguno de ellos dos. Tal vez este año cambiara las cosas entre ellos y surgiera el amor. Algo que me haría demasiada emoción no lo iba a negar.

Una vez que llegamos al castillo, bajamos y caminamos por los pasillos para ir al Gran Comedor.

—Tengo bastante hambre, ¿y vosotras? —las demás soltamos una pequeña risa por lo que había dicho Marlene y todas menos Marlene y yo asintieron.

La verdad es que no tenía mucha hambre, lo único que quería hacer, era ir a mi habitación y dormirme hasta que tuviera que despertarme temprano para ir a clases.

No sé por qué me sentía tan cansada, pero incluso estaba considerando la idea de irme a mi habitación en estos momentos, pero estaba segura de que las chicas no me dejarían. Así que comería un poco y luego sería la primera en intentar irme a mi dulce cama.

Solté un pequeño bostezo y entramos al Gran Comedor para sentarnos y esperar a mi madre y a los nuevos alumnos.

Yo me limité a mantenerme despierta lo más que pudiera, pero se estaba convirtiendo en un trabajo demasiado complicado.

—Ads, ¿estás bien? —me preguntó Marls viéndome un poco preocupada mientras veía a los alumnos sentarse y a nuestras amigas hablando de a saber que cosa.

—Sí, pero no sé por qué tengo tanto sueño —susurré.

—Puedo llevarte a dormir —solté un pequeño grito del susto ganándome la atención de todo el mundo. Vi a Remus volteando los ojos divertido mientras se sentaba enfrente mío con Peter a su lado que se estaba riendo con Sirius. 

Miré mal a James y él también estaba riendo. 

—Cuanto te detesto maldito miope —él negó dándome un beso en la mejilla mientras se sentaba a mi lado y Sirius se sentaba al lado de James.

—Me amas, pero vamos a lo importante. ¿Quieres que te lleve a dormir? Podemos salir sin ser vistos, todavía hay alumnos de pie.

Miré un momento a Marls y ella asintió divertida.

—Pero mañana no te libras señorita —asentí y tanto James como yo nos levantamos para caminar rápidamente fuera del Gran Comedor. Lo logramos con éxito, así que caminamos por los pasillos, pero él de un momento a otro me agarró con cuidado de la muñeca para girarme y poder verlo a los ojos.

Tiró de mí para abrazarlo, así que con una sonrisa le abracé más fuerte. Le había extrañado, al igual que a los demás.

—Te he extrañado demasiado que lo sepas —susurró él como si me hubiera leído la mente.

—Yo también a ti Jaime —susurré y él me tomó en brazos haciendo que soltara una pequeña risa y enredara mis piernas en su cintura mientras le abrazaba fuerte—. Agárrame fuerte, porque como me caiga seré tu pesadilla Potter.

—Siempre voy a sostenerte Ads, nunca dejaré que caigas —asentí y caminó conmigo hasta la sala común. Cuando entramos yo medio dormida pude darme cuenta de que estábamos yendo a su habitación y la verdad es que no me importaba porque a veces solía dormir en su habitación, total ni que fuéramos a hacer nada, éramos niños inocentes, bueno algunos más pervertidos que otros pero inocentes.

James me dejó sentada en su cama mientras iba a su baúl, seguramente para buscar algo para mí.

No tardo mucho, así que se acercó con unos pantalones largos grises y una de sus camisetas que me encantaba tomar alguna prestada y no devolvérsela nunca.

—Toma, para que estés más cómoda —asentí con una pequeña sonrisa y caminé hacia su baño para poder cambiarme tranquila. Debía admitir que los pantalones eran un poco grandes para mí, así que una goma de pelo conseguí hacer algo para que no se me cayeran. Una vez lista me hice una trenza y salí de ahí para ver a James ya con su pijama, dejando sus gafas en la mesita que tenía y se puso a ordenar un poco la cama.

—Deja que te ayude —él sonrió y le ayudé para que los dos pudiéramos acostarnos en la cama. Yo me pegué a él y dejé mi cabeza apoyada en su pecho mientras él me abrazaba.

—Será un buen año, ¿verdad? 

—Por supuesto que si mi querido mejor amigo, vamos a hacer muchísimas bromas y haremos muchas cosas para lograr como todos los años que sea un año inolvidable. Así que tú no te preocupes de nada. Somos los Merodeadores y siempre seguiremos siéndolo sin importar nada.

—Lo bueno es que estamos todos juntos, somos una gran familia. Lo estuve pensando y aunque falta unos años, temo demasiado lo que será de nosotros una vez que salgamos definitivamente de Hogwarts. Hay una guerra y las cosas no están yendo demasiado bien y no quiero perder a nadie.

Giré mi rostro para verlo.

—No nos va a pasar nada a ninguno, porque como tú has dicho somos una familia y siempre estaremos para proteger al otro sin importar nada. Lograremos ganar y todo seremos felices, pero ahora tú disfruta del presente. Porque si no dejas de pensar en el futuro te perderás tu presente. Deja eso para cuando salgamos, ahora diviértete y disfruta de tus años —él asintió con una pequeña sonrisa y me dio un beso en la frente.

—Gracias por todo —susurró él.

—No agradezcas, siempre que me necesites aquí estaré —él asintió y me abrazó. 

Sonreí y me acomodé mejor para dormir, algo que no me costó demasiado, me sentía demasiado bien en brazos de James, eso no lo iba a negar.

NOTA DE AUTORA

¿Qué os ha parecido el capítulo?

He tardado demasiado en actualizar, pero voy a intentar ser más activa con todos mis fics.

Espero que os haya gustado el capítulo, no olvides comentar y votar.

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