Huracán || Pablo Gavi

Capítulo 17

"cada vez que yo no
me encuentro en mí,
voy a vos para revivir,
yo voy a estar ahí,
siempre podés venir"

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21 de enero de 2022

-Tengo miedo, Pablo- dije insegura.

-No seas dramática.

-¡No quiero morir hoy!- grité alejándome de él

-¡Que te juro que la conduzco bien! ¡Confía un poco en mi!

Suspiré y fui a montarme en la moto nueva de Pablo. Este me ofreció un casco, que yo acepté muy a regaña dientes. Literalmente temía por mi vida.

-Termina con esta pesadilla- le dije mientras me agarraba a su cintura fuertemente.

-Eres la persona mas miedica que he conocido- dijo mientras se reía Tranquila, arrancare despacio...

Y dicho esto arrancó la moto a toda leche. Y casi me da un paro cardiaco.

-¡Eres un cabrón, Gavira!- grité mientras cerraba los ojos muy fuerte y me ceñía más a él.

Algún día le mato

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-No me puedo creer que te hayas montado en una moto con Gavi- me dice Pedri riéndose mientras entramos a su casa.

-¡Nunca más!- grité provocando que el canario y el andaluz se rieran.

-Exagerada.- dijo Pablo.

Yo solamente le miré algo indignada y me dirigí al salón.

Habíamos quedado para cenar todos juntos en casa de Fer y Pedri.
Desde la fiesta de año nuevo, pasábamos mucho rato juntos, incluso más que antes.

Por otra parte, Pablo y yo estábamos genial. Nuestra "relación" iba como la seda. Oficialmente no éramos novios, nos tratábamos como tal y nos queríamos. Con eso bastaba.

-No os montéis con Pablo en una moto nunca. Avisaos quedáis.- les dije a mis amigos mientras me sentaba en un sofá al lado de Nerea.

-No lo iba a hacer- se rio Eric.

-Ni yo- dijeron todos casi al unísono.

-Iros a la mierda. Que no conduzco tan mal joder- se quejo Pablo mientras se sentaba al lado mío y pasaba su brazo por encima de mis hombros

-Discrepo- susurré y el sevillano me miró mal.

En seguida cambiamos de tema y nos pusimos a hablar de nuestros planes de verano.
Todavía faltaba mucho, pero queríamos hacer algo todos juntos y para ello teníamos que empezar a organizarlo ya.

-No os flipeis con el presupuesto, que yo no soy rica- dijo Irene.

-Yo prefiero que sea algo simple. No hace falta irnos a Punta Cana- añadió Fer.

-¿Casa rural en algún pueblo perdido por ahí?- sugerí.

Todos los presentes me miraron sonriendo y asintieron.

Lo tenemos.

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Ya habíamos terminado de cenar y era algo tarde, asi que decidimos irnos.

-Enano, no hagas el tonto. Quiero que Sandra llegue sana y salva a casa- advirtió Ferran a Pablo.- ¿Queda claro?

-Como el agua- respondió este.