Capítulo 6

7.7K 256 244
                                    

"matas mi mente
devuelves mi cuerpo a la vida
y no sé que haría sin ti ahora"


-Mmm... Louis Tomlinson.-hice una pausa- Sí, definitivamente él es mi cantante favorito.

Estaba con Pablo en el salón de mi casa. Era sábado por la tarde-noche, ya habían pasado cuatro días desde que tuvimos esa charla el miércoles.
No volvimos a tocar el tema, pero hablamos mucho de chorradas por chat. Al principio por Instagram, y luego ya nos pasamos los números y empezamos a hablar por WhatsApp.

No me apetecía salir de casa hoy, pero tampoco quería quedarme sola. Así que le ofrecí al sevillano venir a casa a no hacer nada. Y él acepto

Ahora estábamos tumbados en los sofás, haciéndonos preguntas tontas para ir conociéndonos mejor.

-¿Quién?- preguntó el sevillano algo confuso.

-¿Estamos tontos nen?- dije levantando una ceja- El rey del universo, Louis Tomlinson.- Gavi seguía sin saber quien era- Mira- saqué el móvil y le enseñé una foto.

-Ahhh, vale vale- dijo asintiendo- El de uana darection o algo así, ¿no?

-Si, hijo, sí- dije rodando mis ojos- Como lo quieras llamar. El caso es que es un artista genial, sus canciones me han ayudado muchísimo. Son temones.

-¿Ah sí? Pues si es tan bueno como la niña dice, habrá que escuchar sus canciones.

-¿Enserio lo vas a escuchar?- dije emocionada.

-Ya te lo he dicho, tengo que comprobar que el Luis ese sea tan bueno como dices- respondió sonriendo.

Me tiré sobre él para darle un abrazo. Me hacía mucha ilusión que escuche canciones de mi artista favorito solo porque a mi me gusta.
Sin darme cuenta, cuando me quise despegar del chico, nos encontrábamos muy cerca. Ninguno de los dos nos movíamos, solo nos sonreíamos, pero la tensión estaba ahí .

Pasaron unos segundos, entonces escuchamos la puerta de la entrada abrirse, y entrar a mis padres y a Teresa.
Nos separamos corriendo, sentándonos cada uno en un sillón.

-¡Ya estamos en casa!- gritó mi madre mientras cerraba la puerta.

-¡Gavi!- chilló mi hermana emocionada, mientras daba un abrazo al sevillano. Se caían muy bien ellos dos, a pesar de que ella fuera una niña de 10 años. Pablo la trataba como una princesita.

-Pero bueno chaval- dijo mi padre cuando entró al salón- ¿Qué tal estás?- preguntó mientras le chocaba la mano.

-Bien, un poco nervioso porque mañana hay partido, pero bien.

-Tonterías, ya verás como lo haces bien- le tranquilizo mi padre.

Después entró mi madre, le saludó y le ofreció quedarse a cenar.

-Ohh, no no- contestó rápido Gavi, y a mí se me quitó un poco la sonrisa- Lo siento, pero necesito ir ya a descansar para mañana. Otro día.

-Por supuesto cielo- respondió con dulzura mi madre- Cuando puedas o quieras, nos llamas.

El otro sonrió y asintió. Se empezó a despedir de mis padres y de mi hermana, y a mi me volvieron los nervios porque no sabía cómo despedirme de él. Me paso lo mismo el otro día, y estaba tan nerviosa que simplemente extendí la mano para chocarla con la de él. Menuda imbécil, lo se. Después de todo lo que me dijo solo le choqué la mano cuando se fue de mi casa... que rabia.

Me quedé mirando algo inquieta al sevillano mientras él se acercaba a mí.

Entonces, el pedazo cabrón se inclinó y me dio un beso en la mejilla. Delante de mí familia. Y puede ser una tontería, pero me puse más roja que un puto tomate.

Huracán || Pablo GaviWhere stories live. Discover now