— "¿Qué harás ahora?"

Con un suspiro bajo miro a su alrededor en busca de algo de razonamiento, nunca imaginó estar en tal situación y solo le quedaba sacar su mejor carta, improvisar con lo que tenía sobre la mesa y seguir en busca de respuestas.

— Me quedaré a esperarlo, no es como si tuviera algo mejor que hacer.

— "Podrías salir a pasear por la ciudad."

Exasperado con la situación se quedó callado, dando señal a su hermano que no estaba de humor para discutir sobre eso.

— "Solo te doy opciones, Nam, nadie te está obligando a nada."

Dando un suspiro en alto giro su dirección hacia las escaleras del edificio y en tono bajo advirtió a su hermano:

— Entonces deja de hacer que se vea así.

Apartó el teléfono de su rostro y colgó la llamada antes de guardarlo en el bolsillo de su pantalón. Bajo la mirada a sus lustrosos zapatos, tan limpios y pulcros a diferencia del viejo piso debajo de ellos, en un intento de calma se quedó perdido en los pequeños detalles de aquel piso lleno de grietas y polvo, tan perdido estaba que no noto cuando un joven de cabellera naranja se detuvo frente a él, en espera del paso al edificio.

— ...Disculpa -con una sonrisa ladina el desconocido habló, más cerca de lo que él llamaría correcto-.

Con un pequeño sobresalto se apartó del lugar, dejando al chico de cabello naranja sorprendido, y extrañamente sonriente ante eso.
Con un corto balbuceo, Namjoon solo se disculpó por lo bajo y camino hacia la salida, quedando de nuevo en la acera de la calle maldiciendo por lo bajo.

— Buscabas a alguien. -afirmó el chico a sus espaldas, haciéndole girar lo suficiente para mirar su rostro- no se acostumbra ver gente de negocios por aquí.

Con un leve asentimiento Kim hizo lo mejor que sabía hacer en su negocio, estudio al chico parado justo frente a él.
Por supuesto era más joven que él, al detallar la vestimenta de un trabajador de tiendas de conveniencia diría que justo terminaba su turno diurno dejando en claro que probablemente no estudiaba. Tras un largo silencio, Joon aclaró su voz, se posó frente a él y con una sonrisa amable se presentó.

— Park Namjoon, busco al joven que vive en el piso 2, departamento 13. -dejando su mano frente al tipo espero el reflejo de su acción, aunque tal acción no llego no dejó de sonreír al chico que ahora lucía más precavido-

Dejémonos de juegos, Jung Hoseok.

El joven de cabello teñido suspiro, su expresión se tornó más seria y su mirada se escrutinio al hombre trajeado frente suyo, sin dejar de pasar ni un solo detalle, lo que le causó un extraño escalofrío al hombre alto, suceso que le alarmó de sobremanera.

— Es mi departamento, Jung Hoseok -tomando aquella mano frente a él le dio un fuerte apretón, y sin perder el tiempo con firmeza tiró de él, haciendo que aquel hombre de traje oscuro perdiera la postura por un momento- creo saber a lo que va esto, pero mi posición sigue siendo la misma.

La sorpresa invadió el rostro de Nam, emoción que pasó a ser una sonrisa ladina que le provocó confusión al joven delante de él, sin ni un poco de nervios repitió la acción del peliteñido, tiró de su mano firme atrayendo al joven hacia él y en una voz baja le hablo, como si de un secreto se tratase.

— Quisiera hablar contigo, en un lugar más... privado.

[...]

La tarde ya caía sobre la ciudad, un elegante automóvil se dirigía con cierta calma entre las circundantes calles de aquella ciudad con dirección al centro. El silencio dentro del vehículo resultaba de algún modo tenso, el conductor de vez en cuando miraba hacia su pasajero, en un inútil intento por encontrar algún detalle en específico, tal vez algún parentesco, por muy mínimo que fuera, a su padre.

— No me has dicho que es lo que necesitas hablar conmigo, -habló el joven con la vista hacia el exterior, mostrándose desinteresado, pero frustrado con la situación- debe ser muy urgente para tener que arrastrarme en contra de mi voluntad.

Namjoon detuvo su búsqueda y pegó la mirada al frente, manteniéndose en silencio hasta que llegó a su destino y aparco el vehículo.

— No es mi intención hacerte sentir obligado, pero el tema resultó ser más grande de lo que pensábamos.

Pegando su espalda al respaldo del asiento suspiro en lo alto, posó su mano sobre su propio muslo y tras baleo sus dedos nervioso.
El joven a su lado le miró atento, se veía preocupado aunque su mirada quedó atrapada en la acción de esos largos dedos, dejándole fuera de sí por un momento hasta que vio al tipo bajarse del vehículo, siguiéndole con prisa salió y esperó al lado del auto.

— Entraremos, -señaló con la mirada al estudio de dos pisos frente de ellos- y le explicaré de inicio a fin la situación, señor Jung.

De nuevo sus pensamientos se perdieron, aunque le preocupó mucho el no encontrar razón a aquello. Para Hoseok, un tipo reconocido más que nada por su calma y perfecto autocontrol, aquello que sucedió en sí mismo le desequilibró, y no supo porque aquel timbre bajó del hombre que le miraba con seriedad le causó un completo caos en su mente sin sentido.

Quizás fue el hecho de enfrentarse a un tema desconocido, si, debía ser eso. Porqué, la única opción que quedaba después de aquella, era haber encontrado gusto hacia aquel timbre tan formal, que de alguna forma apretó uno de sus más culposos gustos.

Y ya no era un crío para emocionarse por haber sido llamado señor ...


***

Me aburrí de tener esto en borrador jejeje

Siento que no tiene sentido pero lo dejaré así hasta mañana.

Calm Me Down [HopeNam/NamSeok]Where stories live. Discover now