Playboy, genio, multimillonario, filántropo

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—De todo lo que he tenido que aguantar de ustedes, ¡este es el límite! ¿Saben lo duro que tendré que trabajar para recuperar mi reputación con esos malditos novatos? Si no fueran mis mejores agentes, ya los hubiera despedidos. Pero como no puedo hacerlo, les asignare a todos papeleo. Eso los incluye a ustedes, Black y Tonks. Ambos Tonks. Se supone todos ustedes son agentes de la mejor agencia de espionaje del mundo, pero actúan como unos niños. El incidente...

Y Fury siguió despotricando. Los agentes más calificados de SHIELD parecían niños enviados al director: estaban parados en una fila frente al escritorio con las manos cruzadas a la espalda. Bueno, Sirius y los Tonks aún no eran tan buenos, pero ahora eran parte del grupo. Desde la llegada de Jade, todo había cambiado. Los ojos de cachorrito de Jade lograban que Fury hiciera todo lo que ella quisiera, por más ridículo que fuera. No es que nadie lo culpara. Esos conmovedores ojos verdes podrían derretir incluso el corazón más frío.

Ese día Fury había sido convertido literalmente en un caniche rosado y fue paseado por la base con una correa. Todos culparon a la magia accidental de Nymphadora o Jade, pero todos sabían que fue Sirius. Posiblemente Clint lo había ayudado.

La puerta se abrió de golpe, interrumpiendo la diatriba de Fury. Entraron dos niñas: una de once y otra de cinco. Nymphadora acababa de recibir su carta de Salem, y el caos había reinado como celebración. Después de todo, Salem era una escuela diurna muy exclusiva para solo las brujas más brillantes de Estados Unidos. Ella y Jade eran como uña y carne, causando caos por todo el lugar después de la llegada de la carta. Aunque nunca fueron las que lo iniciaron.

—¡Mamá Nat! ¡Papá Siri! Hay un hombre afuera que dice que quiere hablar con el señor Fury sobre las grabaciones.

La última palabra fue pronunciada con cuidado, como un niño pronunciando la nueva palabra que acaba de aprender, y Fury suspiró derrotado. No le importaba particularmente quién le enseñó a la niña eso.

—¡Romanoff! ¡Black! Lleven a Stark a casa y ocúpense de él. Tengo una agencia que dirigir.

[Media hora más tarde]

Siete agentes de SHIELD, dos niñas y un genio de veintitrés años estaban apiñados en la pequeña y austera sala de estar de Natasha.

—Bien. ¿Ahora pueden decir mendelevio? —Stark estaba agachado en el suelo junto a Jade y Nymphadora, tratando de enseñarles la tabla periódica.

Los otros adultos lo ignoraban deliberadamente después de explicarle brevemente que Fury no iba a verlo, que Jade era la hija adoptiva de Natasha y que, si no porque Fury los corrió, él [Tony] nunca hubiera conocido a las dos niñas. Luego, después de amenazarlo con varias formas dolorosas de muerte si Jade o Nymphadora se golpeaban incluso el dedo del pie, volvieron a su propia conversación. Principalmente. Al menos cuatro pares de ojos estaban en el trío al mismo tiempo.

—M... mende... mendlevo —Jade finalmente declaró con orgullo, mirando a su madre en busca de aprobación.

Natasha le sonrió y le revolvió el cabello.

—Mendelvio.

Debido a la reciente adquisición de su carta de Salem, Nymphadora creía que era la mejor en todo.

—Casi —Tony dijo con un suspiro de frustración, antes de pasar al siguiente elemento.

[***]

Durante los siguientes meses, Tony se volvió muy cercano a las dos niñas. Incluso entabló amistades tentativas con los agentes, y Sirius y él se convirtieron en uña y carne. Fury se rindió por completo después de descubrir que Tony tuvo tutores mágicos. Tony ahora formaba parte del grupo y era oficialmente un consultor de SHIELD, aunque cuando Fury lo contrató, le dijo que era oficialmente una molestia.

Jade y Nymphadora estaban contentas con sus vidas felizmente restringidas a sus propias pequeñas burbujas. No se dieron cuenta de que los adultos que las vigilaban realizaban misiones cada vez más largas y, a menudo, volvían con informes negativos para Fury. Por supuesto, los adultos siempre fingían estar bien con las niñas, mostrándoles solo sonrisas y abrazándolas. Pero por encima de sus cabezas, se intercambiaron miradas sombrías y hechizos curativos dirigidos silenciosamente a las heridas.

Las nubes crecían en el horizonte, pero pasarían años antes de que cualquiera de las niñas las notara.

La niña que fue olvidadaWhere stories live. Discover now