Acompáñame bajo la Lluvia 《¤ SEUNGSUNG ¤》

Acompáñame bajo la lluvia

Sinopsis:

Seungmin vive un "dancing in the rain" con Han, y luego, martillará su suerte contra la temporada de lluvias.

Modo de lectura:

«Pensamientos»

Recuerdos Pasados

-Diálogos

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Seungmin iba caminando por el conocido boulevard de Gangdong llevando consigo dos empaques en la mano izquierda. Ajetreado con el celular a medio sacar del bolsillo, y un paraguas negro (recién usado por una asistente técnico del staff) atado a su muñeca. Estaba rehuyendo entre sus pensamientos cuando de improviso receptó unas gotas salpicando en su frente.

Parpadeó sorprendido.

Dió un vistazo a los nubarrones que comenzaban a ensalzar la tarde. Tonos grises y azulados contrastando con la paleta de verdes y marrones de la tierra, y el gris del concreto; conformaban un patrón de colores agradable que le retorcía los nervios a más no poder.

Buscó entre su playlist de Spotify Congratulation de Day6 para calmar las ansias. Se colocó los auriculares y guardó el iPhone en su bolsillo. Luego, continuó su camino más aprehensivo de lo normal.

Durante el cambio de la señal del semáforo peatonal a lo lejos, detectó la presencia de otras intrusas en una de las bolsas que cargaba, empapando el material de papel de las mismas, y marcando un gran parche que desaparecería al rato.

Estimó ansioso la pronta lluvia y aumentó el ritmo del paso a la par del sereno, así como la sensación de preocupación en su pecho al darse cuenta que las irrisorias chispas estaban trasmutando en una cortina leve de agua; chapoteando en el piso, y mojando sus buenos zapatos Dior cómo sacrificio por su intento de escape.

- Carajo-maldijo entre dientes. Alargó la zancada, ladeando los hilillos de agua que recorrían por la calle sin éxito de esquivarlos por completo. La cortina arreció por completo en las calles sin trémulo alguno.

Para el colmo de los males, sus pantalones se habían comprometido por la exposición de la lluvia. La primavera tenía intenciónes de falso invierno, escalando sus pantorrillas, adheriendose el frío en sus articulaciones; avanzando el dolor hasta llegar a los irritados huesos y volverlos paletas de agua.

Expresó más improperios siendo ahogados por la barrera de sonido que generaba la llovizna. Gritos que a nadie le interesaría escuchar porque estaban bien arropados en sus hogares como los buenos ciudadanos que eran a excepción de él y su desahuciada suerte del demonio.

Empezó a cavilar (con un deje de sarcasmo) lo diligente que fue para prevenir tal situación. En esa misma mañana había escuchado el reporte del clima antes de salir del apartamento y, en su cabeza todavía podía rescatar la imagen de la reportera [una ex-idol que decidió probar su suerte en las grandes ligas, más no alcanzó a distinguir en persona, para su tristeza] quién informó un claro y conciso cambio de temperatura y la alta probabilidad de cielo nublado durante el transcurso del día. Información valiosa que había decidido prescindir al instante porque no cuadraba en su esquematizada agenda repleta de actividades bajo techo, también...