I. Corre

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I

Corre

Noto un leve hormigueo comenzando a dominar mi cerebro. Aturde un poco, de momento solo un poco. Casi nada.

Miro el vaso que sostengo entre mis dedos mientras, seducida por el ritmo de la estridente música, empiezo a cabecear al compás con ella. El contenido del vaso está mucho más abajo de la mitad. No he bebido muchos de estos a lo largo de mi vida, pero sí los he servido.

Una mano se posa sobre mi hombro izquierdo y me vuelvo de inmediato en su dirección. Es Ally, también conocida como la rubia de largas piernas con la que comparto piso y la culpable de que yo esté aquí hoy.

Hace un gesto hacia su bolso antes de colocarse la correa de forma que quede cruzando su torso.

—He decidido qué mejor iré al baño antes de pedirme la siguiente copa.

Asiento, planeando contestarle con un "me parece bien", pero antes de hacerlo me toma de la muñeca, decidida.

—¿Me acompañas? —Pregunta, en realidad sin esperar respuesta alguna.

Comienza a caminar dirigiéndonos a los lavabos de chicas. Como era de esperar, tenemos que hacer cola para entrar.

—Me siento más hinchada que un globo de feria... —me dice colocándose una mano sobre el estómago.

—Quizá debimos haber cenado en casa —musito, regalándole una sonrisa empática.

Ella se encoge de hombros, al mismo tiempo que sacude la cabeza.

—Ya da igual, lo que es seguro ahora es que lo que va a presenciar ese váter va a ser de lo peor que verá en toda su carrera como retrete de discoteca.

Yo me rio cómplice. Ally es bastante transparente. Me mira con sorna y añade, poniendo la cara que pone alguien cuando te va a soltar un dato curioso:

—¿Sabes cómo Google define "cagar"?

Arqueo mis cejas, apretando mis labios disimulando una sonrisa.

—¿Cómo? —Pregunto.

—Evacuar el vientre en postura sentada —responde, con tono refinado y un falso acento sureño muy pudiente, luego estalla en una carcajada.

—¿Eres de las personas que busca ese tipo de datos curiosos en Internet o cómo explicas saber eso?

—Bueno —vuelve a encogerse de hombros—, soy una persona curiosa que hace búsquedas curiosas en Internet mientras caga.

Me uno a su risa, negando con la cabeza.

Es nuestro turno de entrar al lavabo, yo me quedo cerca de los lavamanos mientras Ally se abre paso hacia un cubículo disponible. Al verla entrar con el bolso, me pregunto para qué he ido con ella si no le estoy ayudando a sostenerlo o algo por el estilo. Luego recuerdo que a veces no hay papel higiénico y tienes que usar tus pañuelos, entonces tiene sentido.

Escucho vomitar a alguien desde la parte derecha del lugar, arrugo la nariz y me termino de un solo trago lo que me quedaba de copa. Una chica que se está lavando las manos cerca de mí me mira interrogante, como preguntándome qué hago bebiendo en el lavabo.

—Aún no me la había acabado y no tenía dónde dejarla —le explico amistosamente, levantando el recipiente vacío.

Ella asiente, comprendiéndolo.

—Bien hecho, si vas sola es mejor que nunca dejes tu copa por ahí —añade.

La desconocida camina hacia el secador de manos y coloca sus palmas debajo, luego sale del lavabo abriéndose paso entre la fila de chicas que esperan.

Nunca te fíes de un MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora