—Mira que bonito te vez así, Cachorrito. — Pasó su lengua sobre su cuello apretando su piel entre sus dientes y tirando de este mientras sentía al Omega moverse bajo de el, intentando quitar aquel traje ajustado.

El pelirrojo hizo sus ojos más pequeños mientras curveaba sus labios, sintiendo aquel cuerpo más grande entre sus piernas, sus labios se apretaron y una oleada de calor pasó por su cuerpo sintiendo como quitaban rápido aquel apretado pantalón.

Su respiración se agitó al escuchar aquel gruñido, el sentir aquella rasposa en su piel debido aquellos besos le hizo soltar una pequeña risa debido a unas pequeñas cosquillas, subiendo sus manos sobre los mechones negros del hombre.

—Shh- susurra en su oído, pasando sus manos sobre sus caderas, el Omega respiró estirando su cuello arqueando más su espalda al sentir aquella estimulación sobre su cuerpo, causando que sus piernas comenzarán a temblar apenas.

Sus manos pasearon sobre aquellos bronceados y fornidos hombros con pecas, rasguñando despacio estos soltando un jadeo agudo.

—Mierda, espera. —Susurra mientras sentía que su traje se atoraba un poco, el Omega sonrió moviéndose sobre la cama, tirando de este dejándolo en el suelo, mientras sentia el cuerpo más grande volver a subir sobre el, subiendo aquel bulto hacer presión en su culo.

Su boca se unió a la contraria, escuchando aquellos chasquidos de estos, sintiendo aquel calor tan característico en esa habitación de Penthouse.

El Omega soltó un pequeño suspiro al sentir como le daban vuelta, pasando las manos sobre aquella almohada.

Hierbabuena, eso olía.

Tal vez algo más.

Pero ni lo tomó en cuenta, sus piernas se abrieron, sintiendo como se quedaba en aquella posición, su trasero alzado hacia el Alfa, sintiendo su lubricante y sus feromonas mezcladas con las del Alfa.

Sintió una nalgadas causando que gimiese mientras apretaba las sabanas apenas en aquella oscura habitación, solo siendo iluminada por todas esas luces de las Vegas.

Sintió como el Alfa sacaba sus pantalones, sintiendo aquella caliente piel hacer contacto con la suya, sus ojos se cierran sintiendo su respiración pesada al sentir el endurecido falo en su sensible agujero de donde salía aquel lubricante natural debido a la excitación que sentia.

—Como me gustaría tenerte así —susurra el hombre y el Omega sonrió alzando sus cejas un poco, haciendo una expresión placentera comenzando a sentir que entraban dentro de el.

—¿A- ¿Asi? - mordió sus labios.

—Joder, así. Chico bonito. —Dice paseando su boca sobre su deuda espalda. Un gemido brotó de ambos.

El Omega sonrió  y chilló al sentir como le daba vuelta con  brusquedad, sin llegar a salir de el, tomando sus muñecas y llevando estas sobre su cabeza comenzando a mover sus caderas con rudeza.

Jadeó haciendo su cabeza hacia atrás viendo apenas al hombre, quien tenía sus mejillas rojas, igual que el, sus manos sujetaban sin fuerza sus muñecas mientras aquellas embestidas eran fuertes y rápidas.

Dejó salir pequeños gemidos, alzando su pierna, sintiendo como soltaba un de sus muñecas, así tomando su muslo grueso, escuchando aquel sonido viscoso y el golpeteo de sus piel es entre cada embestida conforme los minutos comenzaban a pasar.

Ambos jadean gustosos.

El Omega se soltó de aquel agarre, llevando sus manos sobre sus antebrazos mientras sentía su cuerpo moverse con brusquedad, sus ojos se cerraban de vez en cuando y dejaba salir lloriqueos placenteros.

El sonido de la cama rechinar y crujir era algo que se quedó grabada en su mentes, mientras que aquella logre acaba de sudor comenzaba a hacerse presente en sus cuerpo, el pelirrojo movió sus caderas sintiendo como golpeaba aquel punto tan sensible dentro.

Un quejido salió de su boca .

Su respiración estaba inestable, sintiendo como el Alfa tembló igual que el mismo, sus ojos se cerraron gimiendo en unísono sintiendo llegar su clímax minutos después  sintiendo su respiración temblorosa, dejando que aquel nudo los uniera.

El Alfa recargó su frente y antebrazo sobre el colchón, mientras que el Omega solo dejó caer su cabeza, dejando salir un suspiro.

La habitación fue silenciosa, además de sus respiraciones levemente agitadas, sintiendo como ambos terminaban por dejarse vencer en aquel sueño profundo.

Lo que pasa en las Vegas, no se va a quedar en las Vegas definitivamente.

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MishapWhere stories live. Discover now