- CAPITULO 1 -

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ROSAS BLANCAS

20 de enero 2017...

Ya hace unas semanas que mi mamá esta enferma, soy el único que la está cuidando además de los doctores, al parecer le a afectado más de lo común la mudanza, esto no viene de días viene de años, desde hace cinco años que nos mudamos al norte del pueblo, pero mamá extraña más de lo debido a la granja.

Yo también la extraño, especialmente a estrellita, tuvimos que vender todo para poder comprar una casa aquí, hemos pagado las medicinas de mi mamá con el dinero que aún resta, por ser menor de edad aun no me dejan trabajar, pero en lo menor que hago para ganar dinero lo aporto a lo que se pueda.

Me levanté de mi cama, mamá empeoró un poco anoche apenas dormí unas dos horas, dormí a las cinco de la mañana y ya son aproximadamente las siete, no la quiero dejar mucho tiempo sola, estoy lo suficiente grande para saber que ya no falta mucho para que se marche. No estoy listo, pero hay algo que se perfectamente, en la vida no todo es duradero hay que aprovechar cada momento y disfrutarlo.

Quiero pasar con mi mamá hasta su último momento, me lo prometí desde que le obligué al doctor decirme lo que pasaba, me dijo que tal vez no tenía mucho tiempo de vida, nunca me dijo exactamente lo que tenía, pero no necesitaba nada más que verla para confirmarlo.

Me dirigí al cuarto de baño que tengo en mi habitación y me di una ducha rápida, desde hace mucho que no me da muchas ganas de hacer algo, pero por mi mamá hago el esfuerzo de no aparentarlo; me vestí con algo muy sencillo, unos pantalones holgados y una camiseta de color verde.

Como todas las mañanas me dirigí a ver a mi mamá para ver cómo estaba, aún seguía durmiendo, me acerqué para poder verificar su respiración como ya es la rutina, cada vez me da más miedo no escucharla, pero aun sigue respirando algo que me deja algo tranquilo. Después me dirigí a hacer mi desayuno, unos simples huevos revueltos y pan, para mi mamá un poco de Mohs con leche.

Al igual que mi mamá ya no como mucho, pero no quiero que mi mamá se preocupe por mí también ya tiene suficiente por lo que está pasando ella, así que cada día me obligo a comer con ella.

Nuevamente subí al segundo nivel de la casa para poder ir con mi mamá, la desperté y le empecé a dar un poco de comida en su boca, no me ha hablado desde hace cinco días, ya extraño su melodiosa voz, terminé de desayunar junto a ella y se volvió a dormir, por mi parte empecé a hacer el oficio de la casa.

Todas las mañanas hago lo mismo, casi no dejó la casa solamente cuando tengo que ir de compras, deje las clases hace un año para cuidar de mi mamá, hay veces que vienen mis amigos del instituto, ellos saben cuánto me hace feliz que me distraigan un poco de toda esta tormenta que estoy atravesando.

Después de la limpieza de la casa volví a ir con mi mamá para darle su almuerzo, al terminar lavé los platos y me puse a jugar un poco de videojuegos con bajo volumen para poder escuchar a mi mamá. Como es de costumbre no jugué demasiado todo me aburre últimamente, me dirigí a la cocina a buscar alguna golosina, de preferencia ositos de gomita de colores, pero como es mi suerte ya me acabé todas.

Le avise a mi mamá que iría a comprar al supermercado y que volvería pronto, la ventaja de esta casa es que me queda cerca de todo el supermercado, la farmacia, la heladería y el parque; la verdad es que lo que más me gusta ese tener la heladería cerca, amo los helados.

También tengo una ventaja, no debo ir en auto para comprar, puedo ir caminando como hoy, a pesar de que no me encuentro con ganas de decir que la vida es maravillosa he de decir que el día está hermoso para caminar.

¿Amigos? #2 | PAUSADAWhere stories live. Discover now