Capítulo 5

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Por mucho que insistí en no beber, no pude evitarlo y acabé bebiéndome más de tres y cuatro copas, perdí la cuenta.

-Oye,oye- dijo Pia- ¿Sabéis lo que estaría muy bien? OTRA COPA- empezó a reírse- yo invito- se acercó a la barra y Giovanni y yo nos quedamos solos

-Tenemos que aprovechar que hoy está simpática

-Creo que llevamos muchas copas ya- hice una mueca

-Una más, una menos... no hay mucha diferencia-empezó a reírse

-Aquí traigo el elixir divino- nos dio las copas y brindamos

-Estoy un poco mareada... necesito salir- dije al oler el alcohol de mi vaso- voy a vomitar... - ninguno de los dos me hacía caso, así que como pude me fui abriendo paso entre la gente hasta que logré salir del local. Estaba sola y borracha, lo único que se me ocurrió fue llamar a Damiano, él podría ayudarme...

-¿Hola?-contestó una mujer- Eres Gab, ¿verdad?- me quedé en silencio, no sabía responder, era como si me hubiera olvidado hablar- ¿Estás bien? Oye Gabriella, dime donde estás y cuando Damiano salga del baño vamos a por ti

-No se muy bien...-empecé a llorar- estoy un poco agobiada...

-Dime que ves, tranquila que yo te ayudo, intenta mirar a tu alrededor cielo

-Estoy frente al Pub Cuccagna...

-Espéranos, enseguida estamos allí, no me cuelgues Gab, háblame

-Me han dejado sola-limpié mis ojos- era mi única opción, perdóname

-Tranquila Gab, no pasa nada, coge aire por la nariz y lo expulsas por la boca

-Daos prisa, por favor

-Gabriella, estamos llegando- habló Damiano- tranquila

-Ayúdame por favor, estoy muy agobiada- mi móvil se quedó sin batería y se apagó, ¿Qué más podría salir mal?  Sentía como el mundo se me venía encima, la gente pasaba a mi lado y me empujaban, intentaba apartarme pero era inútil. Me apoyé en una farola y lentamente fui agachándome hasta quedarme sentada en la acera, creo que la bebida llevaba algo...

-Gab- Damiano me ayudó a levantarme del suelo- ven aquí, tranquila- me abrazó y con un pañuelo limpió mis lágrimas

-Me encuentro muy mal...- las piernas me temblaban , tenía la visión nublada y menos mal que Damiano me sujetaba porque si no estaría tirada en el suelo

-Ya casi estamos llegando al coche, Gio está aparcada en doble fila- asentí- No te preocupes cielo-besó mi cabeza. Dentro de pocos minutos llegamos al coche, Damiano abrió la puerta trasera de este y entré como pude.

-Gab, ¿cómo te encuentras?- la morena se giró y se quedó mirándome, tenía cara de preocupación y angustia

-Ahora me siento a salvo...-suspiré- perdona, no quería molestaros

-No molestas- contestó con una gran sonrisa- estabas en peligro y no podíamos dejarte así

-Vamos a casa amore, mañana la llevaremos a su casa-dijo Damiano- es muy tarde y no podemos dejarla sola

-No tiene importancia, podéis llevarme a mi casa

-Te vienes con nosotros, te tomas una buena taza de café y duermes un rato

-Está bien... gracias- me recosté en la parte de atrás.
A los pocos minutos llegamos a la casa de la pareja, ambos me ayudaron a bajar del coche y a entrar en la casa.

-Puedes dormir aquí- me llevaron a lo que parecía una habitación de invitados- si necesitas algo llámame a mi, que Damiano cuando está dormido no se entera de nada-sonrió

Prisoner -Ethan TorchioWhere stories live. Discover now