𝐌𝐞𝐦𝐨𝐫𝐲 𝐈𝐈𝐈: 𝐖𝐞𝐝𝐝𝐢𝐧𝐠

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Un año después de vivir en Grecia casi se podría decir que las cosas habían dado un giro de ciento ochenta grados

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Un año después de vivir en Grecia casi se podría decir que las cosas habían dado un giro de ciento ochenta grados.

Phoebe la cual ya no era una bebé, a sus casi tres años hablaba todo el tiempo, corría por todo el departamento jugando y saltando con uno de los elfos que Draco había contratado en conjunto de su patronus el cual estaba destinado a cuidarla mientras él no estaba en casa.

Lia cada día volvía a ser ella y Draco lo notaba, sobre todo cada vez que cosechaba las plantas de su pequeño invernadero en el balcón, o cuando hacía el pay de manzana que a Draco le gustaba o simplemente estando en el sillón platicando con el.

Habian pasado horas y horas hablando, conociendo todo aquello que no sabían del otro o que nunca se habían dado cuenta de descubrir, habia dias donde la madrugada llegaba y ellos seguian platicando, riendo o simplemente viendo la vista que el gran ventanal de la casa les ofrecía mientras estaban bajo una manta.

Ese día en particular, ambos estaban en el balcón, el aire golpeaba sus mejillas mientras ambos estaban mirando el cielo.

—Un año de libertad.—Lía murmuró sin mirarlo.—Suena fantasioso... el ser libres.—lo miro.

—Lo somos.—asintió.—Con que así se siente ¿Eh?.—ambos rieron.—Lía...

—No digas nada.—se recargo en su hombro y el recargo su brazo en sus hombros abrazándola.—Ya no quiero que te vayas.—murmuró.

Aunque ambos vivían en Grecia, Draco vivía a unos cuantos apartamentos de ellas, iba todo los días y todo el día, solo por las noches regresaba al otro departamento lo cual a Lía tenía cansada.

—Si es lo que deseas, lo haré.

—No mereces que te aleje así.—levantó su mirada.

—Tú tampoco merecías todo eso.—besó su coronilla.—No merecíamos lo que hicieron... pero aquí estamos y si quieres que sea juntos... así será.—sonrió.

—Es todo lo que quiero.—lo abrazo.—Es lo único que quiero.

Ambos se quedaron en silencio mientras ella se acurrucaba aún más en él y él la rodeaba con sus brazos, la noche parecía perfecta, el cielo de Grecia estaba cubierto de estrellas y la brisa era muy agradable.

—Lía.—Miro hacia arriba topándose con su mirada.

—¿Si?.— levantó una ceja al ver que se aclaraba la garganta y lentamente se separaba de ella para mirarla mejor.

—Cásate conmigo.—agrandó sus ojos en respuesta, definitivamente no esperaba eso.

—Pe-Pero...

—Hoy, mañana, el día que quieras, sólo dame el honor de ser el hombre que despierte a tu lado todos los días.

—Si.— tapo su boca tratando de no gritar.— Si,si,si.

Se lanzó a sus brazos nuevamente juntando sus labios con los de él mientras él la cargaba.

𝐏𝐞𝐧𝐢𝐭𝐞𝐧𝐜𝐞| 𝐃.𝐌✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora