𝐏| Serie de ejercicios laboriosos o públicos impuestos por los sagrados cánones al culpable de ciertos delitos.
-Te vas a arrepentir de todo lo que me hiciste pasar.-sonrió.-Y yo seré tu penitencia en carne y hueso por siempre, por que no, el no ve...
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L I A
[Agresión Sexual]
El viento golpeaba suavemente sus mejillas mientras se balanceaba en la mecedora del balcón.
El edificio, el cual estaba casi frente al central park, era uno de los mas altos, el piso numero veinte era de los Malfoy, era quizá un poco mas pequeño que el de Grecia.
Todo en ese departamento era blanco, lleno de cristalería la cual de cierta manera fastidiaba a Lía, sin contar que era muy frio y se sentía solo, era como si nadie viviera a ahí.
Era todo lo contrario a su departamento en Grecia, ahí se podía sentir la calidez de un hogar, o su "nido" como Draco decía una y otra vez, podías oler la colonia cara con un toque amaderado de Draco en conjunto con el perfume fresco y dulce de Lía.
Como anhelaba poder estar ahí en vez de estar en New York con ese frio horrible que hacia que el departamento oliera a humedad y al perfume de Scorpius << el cual odiaba>>
—Lía. — giro su mirada viéndolo recargado en el marco de la puerta.
—Dime.
—¿Dónde esta tu pasaporte y tu varita? —pregunto.
—¿Por qué? —frunció el ceño.
—Solo dime donde esta.
—No lo sé, supongo que junto al tuyo. —asintió entrando al departamento.
Lía se levantó y siguiéndolo mientras él iba a la habitación, abría cajones revolviendo el contenido de estos hasta que lo encontró.
—¿Para qué quieres mi pasaporte? —pregunto nuevamente.
—Incendio. —murmuro dejando que este comenzara a quemarse lentamente.
—¡¿Qué te pasa?!. —grito tratando de quitárselo lo cual solo logro que Scorpius lo lanzara a la chimenea de la habitación volviéndose en ceniza. —¿Por qué haces eso?. No puedo salir de aquí sin él y yo...
—Ese es el plan. —frunció el ceño. —No puedes salir de Estados Unidos.
Lía noto como Scorpius analizaba lentamente la habitación hasta encontrarse con la varita de Lía, ella en ese instante lo vio y corrió tratando de alcanzarlo.
Scorpius fue el primero en tomar la varita y partirla en dos.
—¡Que te pasa! —grito. —¿Estas idiota?
—No me hables así. —aventó ambos pedazos de la varita a la chimenea.
—Yo te hablo como se me da la gana, imbécil.
Scorpius se acercó a paso apresurado mientras Lía caminaba hacia atrás dejándola pegada en la pared.
—Escúchame bien. No vuelvas a ofenderme en tu estúpida vida. —la tomo del mentón logrando que lo mirara.
