💌(^^)One Shots Boku No Hero Academia(^^)💌

Uraraka

Amor... Es claro el porque. Llevo años enamorado de esta chica, y hoy se me hizo.

De ahí surge el deseo que tengo hacia ella. Es una chica bastante guapa, tiene un lindo cuerpo, y ahora puedo tocarla y tocar sus muslos que me vuelven loco.

Y por último, venganza. Nunca me cayó bien ese hijo de perra de Bakugo. Desde que entramos a U.A nunca me simpatizó. Además, que cuando comenzó su relación con Ochako, recuerdo que me la presumía y comentarios del tipo:

"Te la bajé, extra"

"¿Cómo te hace sentir el hecho de que me este cogiendo a tu crush?"

Varias veces nos castigaron a ambos por peleas.

No quiero utilizar a Ochako para mí venganza hacia ese bastardo, pero no puedo resistirlo.

Nos separamos por falta de aire.

Yo ya estaba apunto de hacer otro movimiento; cuando ella, me dice que me quede se pie, como estaba anteriormente. Yo le hice caso, se arrodilló frente a mi y desabrochó mis pantalones.

—Vaya, si que no pierdes el tiempo.

—Soy una chica directa, tu mejor que nadie lo sabe.

Sacó mi miembro de la ropa interior y sin perder el tiempo, la metió a su boca.

Mi ser no tardó en reaccionar y mis gemidos hicieron paso. Su mano derecha subía y bajaba, mientras que su izquierda le daba atención a mis bolas.

—Si que tienes experiencia. Ese idiota te mandó entrenada para mi— Esta chica no me deja hablar, nuevamente la metió, haciendo círculos en la punta y pasando su lengua de arriba a abajo, provocando sonidos lascivos.

Sus dos manos la sujetaron y de nuevo el movimiento de sube-baja —Metemela por favor— Su tono de voz era de súplica.

Dios, no me hagas esto —Oh~ ¿Así que mi pequeña quiere ser premiada?— La cogí del menton para verla a los ojos.

La Femina no paraba sus movimientos —Si, por favor, por favor—

—Bien. Tus deseos...— La sujeté entre mis brazos para posicionarla en la cama y me puse arriba de ella. Susurrando, queriendo oír coqueto le dije
—Son órdenes...—

—Hazme lo que quieras— Abrió las piernas, dándome permiso a poseerla y yo claramente no iba a desaprovechar.

Mandé a volar su tierna braga rosada, levanté un poco su falda e introduje dos de mis dedos a su intimidad para prepararla, no quería lastimarla.

Seguido a eso, mi lengua recorría su feminidad que se estaba empapando.

Sus gemidos eran musica para mis oídos, era como escuchar mi canción favorita.

—No pares— Tomó mi cabeza para cerciorarse de que no me alejara.

—Creeme que si fuera por mi, no me alejo de aquí nunca— Abracé sus muslos y seguí mi cometido.