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Dulce y hermosa margarita, que con tu belleza los cautivas, ¿No es esto demasiado peligroso para ti? Tantos corazones enamorados de tu presencia. ¿Estas asustada y confundida? Decide rápido linda flor de prim...
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─ ¡Midori-Chan! ¿Porqué tuviste que irte? ─ exclamó con obvia exageración hacia su amiga desde la línea telefónica. La risa de la otra se escuchó y la castaña hizo un puchero inconforme.
─ Lo siento _____-Chan, pero mis padres insistieron en que deberíamos visitar a los abuelos, no te preocupes, estaré de vuelta en Baruzan Town* antes de que te des cuenta. ─ le explicó a su amiga para que dejara de hacer su drama.
Hace unos días Midori le mencionó a _____ sobre sus visitas mensuales a la casa de su abuela en Osaka, visitas que usualmente se alargaban a máximo una semana, cosa que no tenía muy contenta a la castaña, convivir sin su mejor amiga no era lo mismo, ¿A quién le echaría la culpa de sus travesuras? Esa semana sería la más larga y aburrida, tal vez.
─ Como sea, te dejo unos momentos estoy apuntó de tomar el tren, no hagas de las tuyas en mi ausencia. ─ advirtió la de ojos esmeralda con diversión en sus palabras, sabía que su amiga era capaz de quemar media escuela por estar sin supervisión.
─ ¡hmp! Tan mala, es por eso que me iré a Izakaya* yo sola. ─ dijo sonriendo con victoria al oír la queja de su amiga, ambas se despidieron prometiendo llamarse cuando cada una llegue a su respectivo lugar.
Desgraciadamente para _____ sus " vacaciones " terminaron y era hora de volver a la escuela, ganas no tenía pero tampoco las tenía al nacer así que ni modo.
Con toda sus ganas posibles tomó su mochila y bajó del auto de su padre, despidiéndose para ir hasta la entrada de la escuela, un extraño escalofrío le recorrió la espalda y dejó escapar un suspiro. Sonrió para ella encaminándose hacía adentro, ignorando las enormes ganas de querer salir de ahí.
─ ¿_____-Senpai? ¡Regresaste, _____-Senpai! ─ un muy emocionado Hanāko exclamó llamando la atención de los estudiantes de alrededor.
─ ¡Hanāko-Kun, Buenos días! Mucho tiempo sin verte querido, ¿Cómo has estado estos días? ─ rió un poco ante la emoción de su menor y revolvió su cabello con afecto, abriendo su casillero y cambiando sus zapatillas por otras.
Hanāko sintió sus mejillas enrojecer ante el apodo, jugueteó con sus dedos mientras le contaba sus días sin la castaña, esta escuchaba atentamente cada palabra del menor, el azabache se sintió marear ante tanta atención, cosa que en cierto sentido le encantó.
