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Desde que era una niña había creído en cosas como los cuentos de hadas que también querían ser amadas como las princesas. Era un hábito infantil, uno del que nunca parecía salir. Incluso ahora, todavía le encanta leer diferentes historias ajena al hecho de que pueden no ser más que falsedades hechas para entretener la locura de los hombres.
Pero ahora, después de todo lo sucedido, podía decir sin lugar a dudas que los sueños eran ficticios. Ahora era dolorosamente consciente del hecho de que nada viene sin un precio.
Había experimentado lo que estaba destinado a ser un sueño hecho realidad, sin darse cuenta de la cuerda que lo unía. Se quedó allí, entumecida detrás de la cinta amarilla, sus ojos vacíos recordaban los fragmentos de la barandilla de metal que se fundían con la carrocería del automóvil de su madre cuando chocó contra el puente, el rostro de su madre se retorció de horror mientras caía en picado hacia el agua agitada debajo.
Terminó rápidamente. Ella no sintió dolor. Eso es lo que le dijo su padre, ella no está segura de si está diciendo la verdad o no.
Ese día cambió su vida en un instante, y supo que su futuro ya no estaría pintado con los colores brillantes del mañana que siempre imaginaba cuando su padre tenía una nueva pareja.
Sus hermanastros la odian, siempre la intimidan, la lastiman y también le faltan al respeto a su adorable madre.
“Apuesto a que tu madre nunca te quiso en primer lugar, así que por eso murió. "
"Mi querida hermanastra, sé que un día mi padre te echará de esta casa, así que no te entristezcas demasiado por irte".
“Ya no quiero ser tu amiga Keiko… Prefiero pasar el rato con tus hermanastras porque son más hermosas que tú”.
Su vida ahora era un desastre después de que su madrastra y sus hermanos entraran en su vida. Ella también perdió a su único mejor amigo... trató de decírselo a su padre pero él nunca la escucha. Tenía suficiente de su vida.
Las paredes de su habitación gritan en voz alta todos los secretos que ha guardado durante todos estos años, cada lágrima que le rompió el corazón y le cortó la muñeca, y cada recuerdo que le desgarra el alma. Y hasta el día de hoy, todavía no puede respirar.
"Athanasia es como yo en la historia de su vida pasada de una princesa encantadora donde su padre no la amaba porque su madre también murió.", se rió entre dientes mientras las lágrimas volvían a caer en sus ojos. "Pero, de nuevo... al menos el padre está haciendo todo lo posible por amar a su hija esta vez".
"Me pregunto cómo se siente ser amada también...", dijo mientras miraba lentamente la azotea de su edificio. Cuando finalmente llegó al último piso, miró el paisaje de la ciudad brillando como una estrella en la noche.
“Realmente me odio a mí misma... Se pone peor cada día. Ya no puedo lidiar con el dolor. Yo solo... quiero morir. "sollozó mientras se abrazaba a sí misma mientras lloraba a carcajadas sola en la azotea.
Pensar que una niña de 15 años experimentó todo eso. Le va pasando una vida llena de tristeza, rabia, celos y muchas emociones cada vez que ve a su familia feliz sin ella.
Cuando finalmente dejó de llorar, subió lentamente por la barandilla del borde y miró de nuevo la ciudad brillante.
"Al final, no hubo ningún final feliz en este mundo, así que ¿por qué tenemos que sufrir?"
Esas fueron las últimas palabras que dijo antes de dejar el mundo sin despedirse.
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