Wrong Wedding [L.S]

06: Entre abejas, lluvia, flores y aullidos.

Día 1 de cortejo:

El primer día del cortejo, había sido muy especial.

Harry había citado a Louis en un parque, después, el alfa se encargó de acomodar la comida, las bebidas, el mantel y los utensilios en el pasto.

Gruñó cuando una abeja comenzó a merodear por ahí.

¡Les tenía miedo!

La única y primera vez que una le picó, había terminado con su hermoso rostro hinchado y rojo. Por supuesto que no quería acercarse, la cosa amarilla podría picarle y no quería que su cara se hinchara porque su omega estaría ahí.

Su salvación llegó cuando el omega se posó a su lado, Louis dejó una caja de cartón en el piso con lo que parecía ser una tarta, después, aplaudió -hasta el día de hoy no sabe porque lo hizo-, y sonrió.

—¡Harry! —Saludó.

El alfa no contestó, solo veía fijamente al pasto.

—¿Estás bien? —Tocó delicadamente su hombro.

Harry continuaba perdido, observando el pasto, ni siquiera parpadeaba.

—¡Alfa! —Lo sacudió de hombros.

El rizado solo se abrazó a su omega y comenzó a gruñir fuertemente, intentando alejar a la abeja, la cual, le veía burlona desde el picnic que había preparado.

—Abeja —Susurró en el oido de Louis.

—¿Abeja? —Louis frunció el ceño.

—Abeja, abeja, abeja, Ahí —Susurró y señaló el picnic.

Mierda, Louis les tenía miedo.

El Omega, se sacudió y se alejó un poco, asustado. Harry lo observó.

—¡Atrápala, alfa! —Gimió.

Harry gimió asustado.

—¡Me va a picar! —Gruñó y se cruzó de brazos.

—¡Les tengo miedo! —El omega volvió a gemir asustado.

Harry sacó el pecho.

Si él les tenía miedo no importaba, mantendría a su omega a salvo.

Estaba decidido.

Atraparía a la bola flotante y amarilla en un vaso, y la llevaría lejos del amor de su vida.

El alfa se armó de valor, tomó un vaso de cartón y se aproximó a la abeja, está le veía burlona desde la caja de la tarta.

Sintió temblar sus piernas pero no lo demostró, continuó avanzando hasta llegar al pequeño mantel que estaba colocado delicadamente en el suelo.

Harry estaba con el culo en la mano.

Tomó el vaso y de un ágil movimiento la atrapó dentro de este, gruñó.

—Lou, ¿Puedes pasarme algo con que tapar el vaso? —Su voz tembló del miedo pero lo disimuló con un carraspeo.

Louis gimió y se acercó con un pequeño cuadro de cartón.

Harry se encargó de llevar a la abeja al menos 100 metros lejos de ellos.

La cita continuó, Louis se había encargado de llevar una rica Pavlova, la cual juró, la había hecho con sus propias manitas.

Sin embargo, la sonrisita inocente que dió después, terminó por revelar que mentía y que simplemente la había comprado y puesto en una caja mal hecha para disimularlo.