¿Cuándo mi vida cambio tanto?

"Que, sin ti, no soy yo..."

Seguí tocando, cada vez me dolía más el pecho

"Sin ti, no escucho latir, mi corazón..."

Esto, lejos de tranquilizarme, me estaba destrozando.

"Voy cayendo hacia ti..."

Esta situación se me había salido de las manos, jamás creí que llegaría a pasar por algo así

"Suplicando a tus ojos, me miren, por última vez..."

Me detuve de golpe, no podía seguir soportándolo. Cuando tenía 14 años esto no tenía ningún sentido, no significaba nada, pero ahora más de 10 años después tenía todo el sentido del mundo. No sabía que había sucedido el día anterior, no entendía mis sentimientos.

Dejé de lado la guitarra y me acosté hecho un ovillo de nuevo abrazando la llama, hacía mucho no lloraba de esta forma, sin poder respirar, ahogándome, sintiendo el pecho casi como me imagino que se siente un preinfarto, era como sentir que moría.

El fin de semana lo único que hice fue llorar y dormir, me levanté solo para lo indispensable de la cama, Alan no regresó en esos días.

No pude eludir el trabajo, no me quedo más remedio que ir, ya sería mucho si también me despedían.

Alan siguió sin aparecer el resto de la semana, y no sé si era por su ausencia, pero el departamento cada vez lo sentía más vacío, después de algunos días ya era más que evidente el pensamiento que había querido omitir, el vacío se debía a que Alan había estado llevándose sus cosas, pero aún no perdía la fe de que volvería, porque su llama aún seguía ahí y el mismo me lo dijo, mientras ese peluche siguiera en el departamento no me preocupaba.

Lo esperé cada noche, preparé cada día lo que más le gustaba comer, dejé la casa reluciente cumpliendo todas sus manías como poner de cierta forma las tazas, pero nunca regresó.

Pasaron dos semanas, llegué del trabajo e hice lo que se me había hecho costumbre, acurrucarme con la llama de Alan.

Pero no la encontré y aunque sentí algo frío recorriendo mi cuerpo, no perdí la esperanza, quizás se había caído cuando tendí la cama y no me enteré, esa era la razón más tonta, pero aun así seguí buscando, después de examinar cada rincón del cuarto, me resigné a aceptar que ahí no estaba, sin embargo, no me rendí era ilógico buscarla por el resto del departamento, no es como si hubiera cobrado vida y se fuera a dar la vuelta.

Aun así, seguí mi búsqueda por todo el lugar hasta en los lugares más improbables, como las alacenas de la cocina, después de poner la casa de cabeza, no tuve otra opción que resignarme.

Había sucedido mi mayor temor, su llama no estaba y eso significaba una realidad que no había querido aceptar, Alan no regresaría, se había ido de forma definitiva.

Después de semanas de evadir el alcohol me fue imposible huir de él, me dirigí al refri a sacar lo único que en ese momento podía darme algo de paz, una cerveza, cuando lo abrí me topé con un plato tapado con papel aluminio y una nota encima, la tomé y leí:

"Perdona por arruinar tu vida, nunca quise confundirte.

Puedo entender porque motivo pasó lo de aquella noche, sin embargo, prefiero mantener que fue por el momento y el tequila.

Compartimos muchos momentos difíciles, y eso pudo haber hecho que las cosas se tergiversaran de esta forma.

Tú tenías ya una vida antes de que apareciera, no soy nadie para ponerla de cabeza, por ese motivo decidí irme.

Entre tú y ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora