Espadas del Fuego《Huǒ Zhī Jiàn》(Corrigiendo y editando)

Capítulo 03 - Sello demoníaco

—Vayámonos rápido entonces, no hay nada más que hacer aquí —contestó You YuMo.

Dicho esto, ambos continuaron por el bosque, con los corazones intranquilos, pero juntos.

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Por otro lado, y al mismo tiempo, en el reino Huo también había extraños movimientos.

Los soldados enviados a investigar el territorio se habían reportado con cartas preocupantes hacia los nuevos reyes, es decir, Tian LiúYún, Tian Feng y Tian Guang.

Antes, cuando la guerra contra las bestias y zajiao de Tian Huo apenas había acabado, los soldados lograron ingresar en el reino del fallecido rey gracias a que la barrera ya no estaba bloqueando el camino.

Las personas que vivían en los primeros pueblos que pudieron ingresar, les habían dado la información sobre las reglas que Tian Huo había impuesto desde el comienzo de su reinado. También se les había informado que el reino era un desastre en sí, la barrera había hecho que todo se estropeara, que todos se sintieran oprimidos y limitados ante su rey. Habían sido obligados a tener muchos hijos, para así entrenarlos y llevárselos a pelear contra un enemigo desconocido, sabiendo en su interior que nunca más los volverían a ver.

Sus tierras fértiles habían sido arruinadas, cada día parecía ser una lucha por sobrevivir el hambre, el frío y la sed, un caos total.

Los soldados de Guang, Feng y Yun tan solo habían podido acceder a los pueblos más cercanos a Tian, los que estaban cruzando por XuanYa.

Sin embargo, después de estar un período de tiempo no muy largo entre esta gente, de la nada las personas de Huo habían comenzado a ignorar a los forasteros.

A diferencia de antes, ahora las personas ya no querían cruzar palabras con los visitantes, se negaban a contarles algo más sobre el reino Huo, o siquiera repetir las antiguas reglas. Se escondían en sus casas, los miraban con desprecio, apenas salían a buscar alimentos; pero lo que los hizo dudar fue que, sin previo aviso, se habían llevado a cabo varios funerales. Sin dudas algo no andaba bien por allí, ¿acaso les echaban la culpa por esas muertes? ¿Acaso alguien había hablado mal de los soldados y por eso el repentino desprecio?

Los soldados no habían sido enviados a Huo con el fin de sacar a los habitantes o hacerles daño, ninguno había actuado en contra de las costumbres siquiera, por lo tanto, ignoraban el porqué de esta actitud repentina.

Al final y después de varias semanas, los soldados optaron por comenzar a dejar los dos primeros pueblos para introducirse más en el reino. Pero cuanto más entraban en el territorio, más se convencían de que algo estaba mal.

Los próximos pueblos encontrados estaban vacíos, por completo abandonados. ¿Quizás una epidemia? ¿Quizás habían huido por algún rumor sobre ellos? No había cadáveres o huesos que demostraran que había ocurrido una masacre o algo así, solo era como un pueblo abandonado. Todo era confuso.

Entonces, los soldados cruzaron por tres pueblos más, todos iguales a los anteriores, totalmente desiertos. El ambiente tenso y el miedo de no saber con qué clase de cosa podrían encontrarse, los convenció de retirarse por el momento.

Otra cosa que los molestaba en extremo, era el hecho de que el cielo en Huo parecía ser cubierto por nubes grises todo el tiempo, el resentimiento en esas tierras era terrorífico también. Por el día el sol casi no llegaba a notarse, y por la noche las estrellas no podían verse en absoluto, cuanto más y más ingresaban en el reino, más oscuro se volvía, fue antes de volver hacia los dos primeros pueblos que un soldado mensajero envió una carta contando lo que sucedía, añadiendo la razón de la retirada.