4-. Separación

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De nuevo, paso otra vez.
 
Kokonoi está avisando por llamada que no llegará a dormir por exceso de trabajo.
 
Seishu había llegado hace un rato del suyo y había preparado la cena, solo quería cenar tranquilo al lado de su pareja, platicar de su día, darse un baño caliente juntos y al final ir a la cama, darse mimos y quizás hacer otras cosas.
 
Pero otra vez, Hajime se a ausentado de su hogar e Inupi esta apunto de explotar por eso, le enfada y le pone triste. Aún que no lo parezca tiene ciertas inseguridades que se ha encargado de esconder durante años, pero últimamente han salido a la superficie y tiene miedo de que el amor se esté acabando, que la pasión entre ellos se termine.
 
–¿Por que no simplemente lo hablan?– Propulsó Chifuyu, al ser sábado él y algunos otros de sus amigos tenían libre, así que Takemichi los invitó a salir y comer en el restaurante de los gemelos Kawata.
 
–No es tan sencillo– Inupi da respuesta a la interrogante de Matsuno y le da un sorbo a su café, esta algo pensativo y desanimado, es claro que este asunto le afecta.
 
–Pero si no lo hablan las cosas no se arreglarán, no te precipites, ni te tortures sobre pensando las cosas Inupi. Son pareja y él debe saber lo que te molesta y comprenderte.
 
Takemichi es bueno haciéndolo sentir mejor, tiene razón, deben complementarse y darse apoyo mutuo, ayudarse entre sí cuando uno esté mal y ser su soporte. En su rostro se dibuja una leve sonrisa cuando siente una palmada en su espalda de parte de Hanagaki, gesto que le brinda confianza.
 
–Yo digo que le des una patada en el trasero y lo mandes a dormir al sillón de la sala, dejarlo en abstinencia le hará aprender.
 
El que habla ahora es el mayor de los Kawata, cuando se acerca a donde están sus amigos para dejarles los pedidos, ya sabía del asunto también, así que solo dio su humilde opinión.
 
–¡Nahoya!– regaña el menor.
 
–¿Que? A mi me funciona.
 
El de cabello azul le da una mirada molesta a su hermano por reverendo consejo y se acerca a la mesa también.
 
–Lo que trata de decir es que Takemichi tiene razón, hasta no aclarar dudas nada se mejorará, hablar funciona. Inténtalo.
 
–Si no funciona, un buen golpe no vendría mal.
 
–¡Nahoya, no!
 
La mayoría de los presentes rieron, e Inupi se limitó a solo sonreír con calidez, aquellos que lo acompañaban le habían dado valor suficiente para afrontar el problema de frente y solucionarlo de una vez por todas. Pero eso no quita el miedo que siente en su pecho y esa opresión que estruja su corazón. Ama a Koko y le dolería afrontar una separación.
 
Se quedó otro rato con sus amigos tratando de aquel sabor amargo en su boca se desvanecerá y buscando la manera correcta de como iniciaría la conversación más tarde con Kokonoi. Así, después de una tarde donde sus amigos lo llenaron ánimo y le desearon suerte, Seishu volvió a su hogar, que estaba aún vacío; pues Koko al parecer aún sigue en el trabajo. Sí, aún en fin de semana.
 
Suspiró con frustración en ingreso a su morada, ahí esperaría con paciencia la llegada de su pareja y arreglar las cosas. Puede que no sea grave, puede que solo hayan caído en una molesta rutina y si así era, pues debía acabar con ella o ella acabaría con su relación.
 
A media noche se escuchó como las llaves tintineaban en la puerta principal y como esta era abierta, Hajime ingresó a su hogar totalmente cansado, lo único que quería era un baño y dormir. Sin embargo, apenas puso un puente en la sala y notó el televisor encendido y a Inupi sentado en el sofá frente al aparato.
 
–¿Inupi? Creí que ya estarías durmiendo.
 
De tan solo escucharlo hablar, el rubio se estremeció y en busca de retomar fuerza suspiró y volteó a verlo.
 
–¿Podemos hablar un momento? Es necesario para que no haya malas interpretaciones.
 
Dice con tono algo triste, cosa que confunde un poco a Hajime, haciéndolo fruncir el seño y demostrar una mueca de clara confusión.
 
–Claro, dime.
 
Con lentitud el pelinegro se acerca al sofá y deja su saco, de inmediato Inupi se pone de pie y camina hasta quedar en frente de su pareja, esta mordiendo su labio inferior, signo de que esta nervioso y ese detalle no pasa desapercibido por Koko, pero antes de poder calmarlo lo escucha hablar.
 
–Bueno, yo...– "tranquilo, solo tienes que decirle lo que te molesta. Tus inseguridades" se anima en su mente –hace ya tiempo que no dices que amas, recuerdo que era un detalle que no se te pasaba nunca, así que quiero saber ¿qué está pasando entre nosotros?
 
Hajime abre los ojos con sorpresa y parpadea un par de veces en silencio ¿en qué momento comenzó a descuidar ese pequeño detalle? Aún mira a Inupi mordiendo su labio, pero sin despegar sus ojos de él, parecen algo rojos e hinchados y se pregunta si quizás, Seishu estuvo llorando.
 
–¿Hay alguien más?– no quería preguntar aquello por que le dolería que Koko dijera que si, pero al ver la ausencia de respuesta, se forzó a soltar aquella pregunta.
 
–¿Qué? No, claro que no. Mira Inupi, se que últimamente nuestra vida se a empañado un poco, pero eso no significa que haya una infidelidad de por medio.
 
Inui baja la mirada, pensando un poco ¿se a empañado un poco? Ni siquiera es necesario que lo diga, su ausencia se siente cada vez un poco más fría en su piel cada noche.
 
–Es por eso que quiero pensar que somos yo y mi soledad, y es causa de eso que me pongo a pensar estas cosas– y entonces un pequeño hipido se escuchó –aún así quería hablar claro, escucharlo de ti si es que ya no me querías. Si existía alguien más quería saberlo de ti.
 
En ese momento sintió los brazos de Kokonoi enredarse en él, la calidez de su respiración chocando en su hombro, se sentía tan reconfortante tenerlo cerca de nuevo. Se dejó querer sin moverse ni un centímetro y entonces lo escuchó hablar.
 
–No temas, que yo no te dejaría jamás– dice y su pecho se calentó con esas simples palabras y quedo helado con las que vinieron después –Aunque ella haya sido siempre, lo más sagrado que hay en mí– estas últimas palabras las dijo en un susurro que por más bajo que haya sido, aún así llegó los oídos de Inupi, quien no necesitaba escuchar el nombre para saber a quien se refería.
 
Entonces todo explotó dentro de él.
 
–¡Eres un idiota, Koko!
 
Empujó a Kokonoi hasta deshacer el abrazo y una vez libre le plantó un fuerte golpe en la cara que lo tumbó al piso, donde se quedó un momento un poco desorientado y sobándose la mejilla adolorida.
 
Inupi se marchó a paso rápido a la habitación, entre lágrimas avanzo por las escaleras y en cuanto Hajime volvió en si, se levantó y fue tras él.
 
–¡Inupi! ¡Seishu! ¡Sei!... ¡Carajo, escúchame!
 
–No quiero hacerlo– responde dolido y abre la puerta antes de que Koko lo detenga y la cierra denunciar fuerte golpe, estampándola en las narices de Hajime, quien a recibido el segundo fuerte golpe de la noche.
 
–Inupi, por favor déjame hablar– suplica de nuevo, ignorando el dolor en su cara pega su frente y manos a la puerta de madera, deslizándose suavemente hacía abajo hasta quedar de rodillas.
 
–No quiero, escucharte. Lárgate.
 
Estaba dolido y ¿cómo no? Después de años pensando que por fin la sombra de su hermana se había ido Koko le sale con esto, quiere llorar y gritar un montón de maldiciones, pero si voz sale rota apenas habla, así que se limita a soltar silenciosas lágrimas mientras está sentado en el piso y abrazando sus piernas.
 
–Lo siento Inupi, no quise decir eso. No fue mi intención lastimarte.
 
Y lo dice en serio, no fueron las palabras correctas para expresarse, quiere remediarlo pero es un pobre idiota que no sabe como hacerlo.
 
–Ya lo hiciste. Sigues con tu estúpida obsesión con mi hermana y yo soy solo una opción, un reemplazo de ella ¿no es así?
 
Su voz está rota y temblorosa, escucharlo así le parte el alma al pelinegro, quiere abrazarlo y decirle que todo estará bien, que esta con él y para él, pero la jodió e intenta recuperarlo.
 
–Eso no es así, deje ir a Akane desde hace mucho, la solté cuando comencé a aferrarme a ti y a amarte, desde entonces nunca te he visto como una opción o reemplazo. Siempre, desde que estamos junto haz estado por encima de todo por que me importas... por que quiero estar contigo– explica lo que desde un principio debió decir y ya no escuchó la voz de Seishu al otro lado de la puerta.
 
Entonces las primeras lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas, lágrimas cargadas de dolor, tristeza y arrepentimiento. Pero en ese momento, sintió la puerta abrirse y apenas divisar el cuerpo de su amado, sin levantarse del piso, estiró sus brazos y se aferró a sus piernas.
 
–¿Lo dices en serio?
 
–Jamás hable más en serio en mi maldita vida. No quiero perderte Inupi.

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Inspirarme de canciones es mi pasión, esta idea se me vino desde hace tiempo con esta rola:

Espero les guste ^^

Kokonui Week [2022]Where stories live. Discover now