4. HUNTER [Hunhan]

6. ENUMERAR.

Sehun aprendió muchas cosas durante las siguientes semanas. En su mente enumeraba las más importantes, añadiendo más numerales al punto siete cada día.

1. Los vampiros, afortunadamente, eran poco modernos. Sehun tenía la sensación de haberse sumergido en alguna película muy antigua.

2. A nadie le gustaban mucho los humanos convertidos a vampiros, lo cual había calificado como racista o tal vez clasista, aún no estaba seguro.

3. Los vampiros vivían bajo el dominio de los reyes.

4. En la fortaleza, el hogar de la familia real, algunos humanos trabajaban como empleados de servicio y otros tantos como alimentadores, es decir, se dejaban morder a cambio de dinero. Encontraba aquello muy similar a la prostitución, pero no era asunto suyo.

5. Cansados de la represión y los abusos de sus gobernantes, la población había decidido unirse y pelear por su libertad.

6. Los vampiros tenían prohibido cruzar a las ciudades humanas. ¿Qué había de su mentor? Bueno:

7. Luhan no era un vampiro cualquiera.

        7.1. Era un telequinista, es decir, podía mover cosas con el poder de su mente. Era        asombroso.

       7.2. Guardaba explosivos debajo de su cama.

       7.3. Era un guerrero de primera clase que lideraba uno de los escuadrones que componían la guardia del rey.

       7.4. También era parte del concejo de los rebeldes.

       7.5. Junto a su hermano adoptivo, Jongin, se encargaban de recolectar el alimento de los rebeldes: bolsas de sangre.

       7.6. Era un instructor muy exigente.

       7.7. Una de las cosas que más le desagradaban era que lo hicieran perder el tiempo. Algo muy comprensible, puesto que su doble vida apenas le dejaba tiempo para dormir.

       7.8. Cuando lograba dormir al menos cinco horas durante el día, se convertía en un vampiro muy simpático y risueño.

       7.9. Estaba obsesionado con la música y la danza humana. Ni de chiste Sehun planeaba mencionar que él había formado parte del club de danza contemporánea de su universidad.

* * *

—De pie —Luhan ordenó.

Sehun miró la espada que le apuntaba al rostro y jadeó. Apoyó una mano en el piso para ponerse de pie y miró a su mentor.

—Tú también podrías ponerte de pie —reprochó.

—Vista al frente —Luhan le recordó.

Sehun alzó su espada justo a tiempo para contener una estocada de la espada de su mentor. Le parecía humillante perder contra la espada flotante. Todas las noches terminaba agotado, sucio y dolorido, mientras que Luhan conservaba todas y cada una de las hebras de su cabello perfectamente ordenadas sobre su cabeza y la respiración lenta y tranquila.

—Todavía no estás listo para enfrentarte a mí —Luhan murmuró.

—He vencido a todos tus otros reclutas.

—Qué orgullo, eres el mejor de la clase —Luhan murmuró con sarcasmo.

Teniendo en cuenta que el resto de los reclutas de su mentor eran demasiado jóvenes o demasiado viejos, no estaban en forma y de paso parecían famélicos, tal vez jactarse de vencerlos no sería lo más apropiado.

—Hagamos un trato —Luhan ofreció, poniéndose de pie y sacudiendo los restos de hojas y césped que se habían quedado pegados a su uniforme—. Dime qué es lo que buscas y yo te daré esa paliza que tanto anhelas.

Sehun lo miró por un segundo.

—Te lo diré cuando me hayas vencido.

Luhan alzó su mano y la espada levitó rápidamente hasta ella.

—Sin tus trucos mentales —Sehun advirtió.

Luhan sabía que su pupilo tenía buena mano para las armas, además de una completa disposición a aprender, lo que posiblemente lo volvió el mejor. Sin embargo, adular a sus subalternos nunca había sido una buena idea. Por naturaleza, los vampiros eran orgullosos, no quería que Sehun se perdiera en su propia cabeza y sus ganas de aprender se evaporaran. Pronto tendría esa oportunidad de probarse digno. Ahora que el príncipe había vuelto para ser forzado a casarse, los rebeldes no podían seguir esperando, listos o no, era hora de actuar.

Como era de esperarse, Sehun perdió el encuentro, aunque le había dado un poco de trabajo a su mentor. Su rapidez era impresionante.

* * *

—¿Y bien? —Luhan preguntó, mientras abandonaban el claro en donde habían estado entrenando para volver a la aldea.

Sehun suspiró y sacó de su bolsillo el trozo de papel que siempre llevaba consigo. Luhan había estado muy curioso al respecto, pero había respetado su privacidad.

Sehun desdobló el papel y lo miró con cierta nostalgia antes de enseñárselo a su mentor.

Luhan observó la fotografía.

—Su nombre es Minseok. Él... me necesitaba, pero no pude ayudarle —Sehun dijo mirando al frente distraídamente.

—¿A qué te refieres? —Luhan murmuró, fingiendo estar mucho menos interesado de como en realidad estaba.

—Un día desapareció. No volvió a casa después del trabajo. Sus padres estaban destrozados y yo... yo me sentía culpable de alguna manera.

—¿Por qué?

—No lo sé, tal vez debí acompañarlo todas las noches, tal vez debí ser más valiente y decirle que estaba enamorado de él.

Las comisuras de los labios de Luhan se removieron, delatando un poco sus emociones, pero Sehun no lo notó.

—La siguiente vez que lo vi, ya no era él. Sus ojos y su piel habían cambiado de color y de no ser por el otro vampiro que lo acompañaba, tal vez me habría asesinado.

—¿Y entonces por qué estás buscándolo? —Luhan musitó.

—Después de verlo convertido en eso me prometí a mí mismo que lo olvidaría, que seguiría con mi vida, fingiendo aquella noche nunca había sucedido. Pero... ¿Alguna vez has estado enamorado?

Luhan apartó la mirada y negó.

—No... yo no tengo tiempo para eso.

Sehun sonrió con tristeza.

—No pude olvidarlo, entre más lo intentaba, menos funcionaba y entonces pensé que tal vez no todo estaba perdido. Tal vez si yo me convertía en uno de ustedes podría recuperarlo.

—¿Y si no funciona? —Luhan preguntó con suavidad.

—Funcionará —Sehun aseguró—, Sé que existía algo entre nosotros, aunque ninguno se atrevió a dar el primer paso. No voy a cometer ese error otra vez.

Luhan apretó los labios y omitió dos cosas. La primera fue una mezcla de angustia, desilusión y rabia que llenó su pecho, amenazando con asfixiarlo, y la segunda fue que él conocía el paradero de Minseok.

¿Cómo explicarle la razón por la que todas esas emociones revoloteaban en su pecho en ese instante? ¿Cómo decirle que Minseok nunca más estaría disponible para él?