5. BIENVENIDO.

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Al despertar, Sehun no reconoció la cama ni el lugar en el que se encontraba. Pero más sorprendente que aquello era lo que sus ojos veían, o mejor dicho la forma en que percibía los colores y la exactitud de todo a pesar de la oscuridad.

—¿En dónde estoy? —preguntó con voz rasposa.

—En mi hogar —una voz suave anunció—. Esta es mi habitación.

Sehun se sentó en la cama y observó al vampiro que había accedido a convertirlo, reparando en todos aquellos detalles que su limitada visión humana se había perdido a la sombra de los callejones.

Luhan era sublime. Su piel era muy pálida y su cabello tan rubio como el oro, sus labios eran rojos y del tamaño ideal, sus ojos, grandes y expresivos, del color del vino. Y por encima de su belleza despedía una intimidante y a la vez interesante aura de poder.

—Gracias —Sehun musitó.

Luhan asintió y dio un paso hacia él.

—Al haberte convertido, soy responsable por tu vida, tu alimentación, tu educación y tu buen comportamiento —Luhan enumeró mientras caminaba de un lado para otro. A Sehun le pareció un militar dando órdenes—. Al menos lo seré hasta que seas independiente. Cuando eso suceda, podrás abandonar mi tutela y marcharte para vivir por tu cuenta

Sehun asintió un tanto abrumado, no tenía idea de la gran responsabilidad que convertir a un humano implicaba.

—Ahora debes estar sediento —Luhan murmuró para sí mismo, como si consultara los pasos para preparar una receta.

—Mucho —Sehun comentó—. ¿Nunca habías convertido a nadie?

—Jamás —Luhan admitió y se sentó a su lado en la cama.

Sehun contuvo el aliento. Luhan deshizo lentamente los primeros botones de su camisa con sus largos y delgados dedos, y Sehun pudo percibir su temor.

Luhan apartó un poco su camisa, dejando su hombro y cuello al descubierto.

—Bebe —ordenó, girando su rostro hacia la derecha.

Sehun se inclinó sobre él y absorbió la fragancia de su piel.

—¿Cómo? —preguntó alejándose un poco para mirarlo.

Luhan le devolvió la mirada con confusión, pero un segundo después se encontraba riendo suavemente.

Sehun sonrió avergonzado y medio perturbado por su sonrisa, que lo volvía todavía un poco más atractivo.

—Solo hunde los colmillos en la piel, sobre una vena.

Sehun abrió su boca y metió un par de dedos ahí para comprobar su modificada dentadura. Sí, efectivamente sus colmillos eran un poco más largos.

—Te crecerán un poco más con el tiempo —Luhan aseguró.

—Genial.

Luhan lo miró con diversión.

—¿Tienes sed o no?

Sehun asintió y volvió a inclinarse sobre la herida.

—¿No te dolerá? —preguntó con preocupación.

—No te preocupes por eso, solo hazlo, tengo cosas que hacer.

Sehun asintió y finalmente posó sus colmillos sobre la piel de Luhan. Lo mordió lentamente y escuchó jadear.

—Retira tus colmillos y bebe de la herida —Luhan lo instruyó con voz contenida.

Sehun apartó sus colmillos de la piel y observó el hilillo de sangre que brotó de la herida. Su aroma lo golpeó con fuerza y un instinto animal se sobrepuso a la razón. Deslizó la lengua sobre la sangre que escapaba y llevó sus labios a la herida para succionarla.

Cuando tragó la sangre espesa y caliente el malestar en su garganta desapareció. Sehun gimió de gusto y lo mordió de nuevo, impulsivamente.

El sonido de algún metal estrellándose contra el suelo logró que Sehun se desprendiera del cuello de Luhan.

Al separarse, Sehun notó que Luhan tenía las manos apretadas en puños sobre sus piernas.

—¿Qué fue eso?

—La espada se cayó —Luhan murmuró.

¿Espada?

Sehun llevó su mirada a la espada que yacía en el suelo en medio de la habitación y luego de nuevo hacia Luhan, que estaba abotonándose la...

¿Lo que llevaba puesto era un uniforme?

—¿Recuerdas que te dije que estábamos al borde de una guerra? —Luhan preguntó mientras se ponía de pie.

—Sí —Sehun murmuró. Aunque no lo recordó hasta que él lo mencionó. Había creído que solo se trataba de una excusa para no convertirlo.

—Bueno, bienvenido a la resistencia. 

4. HUNTER [Hunhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora