Callate.

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Jisoo siente que la cabeza le va a estallar si es que los labios de aquella estúpida alfa se atreven a decir una sola palabra más.

—¿Sabías que los delfines se drogan? Pff, es por eso que los detesto. ¡Se hacen modestos pero son animales horribles! ¡Y todo el mundo los ama! Yo no dejo de preguntarme el por qué, no son siquiera bonitos...

La pobre omega solo quería tener algún compañero tímido, alguien a quien se le pudiera ordenar y que cada quien hiciera su parte del trabajo por separado para poder juntarlo al llegar a clases y no tener que compartir oxígeno y tiempo con alguien que no fuera de su interés.

Pero no.

El profesor TaeHyung al parecer la detestaba desde que había manchado de café hirviendo su costosa camisa. Y ahora como venganza personal la había obligado a hacer equipo con Park Rosé (alias la mujer que nunca se callaba), un trabajo que valía más de la mitad de su calificación por lo cual no podía permitirse no hacerlo.

—Me importa tanto como un cacahuate, grandulona—Dice entre dientes.

—¡Soy un cacahuate! ¡eres un cacahuate! ¡todos somos cacahuates!

—¡Bien! ¡Basta! ¿Ves está vena de aquí?—Exclama Jisoo con el rostro rojo por el estrés mientras señala con su dedo aquella vena que está sobresaliendo de su piel. —Va a explotar si no guardas silencio por los siguientes diez minutos, porfavor, cierra la boca y colorea el jodido margen.

Rosé felizmente asiente, tomando el color azul claro y comenzando a esparcirlo por toda la extensión de la hoja.

Jisoo agradece a todos los dioses habidos y por haber, por fin puede respirar y entrar en un estado de calma, la tranquilidad que ofrece el campus a esa hora es suficiente para que su estrés baje un poco y sin quererlo ni poder evitarlo sus ojos se enfocan en la muy linda alfa enfrente suyo.

“Eso que siente en el estómago al verla no son nervios, por Dios, ¡es la idiota ensalada César que está en su contra!”

Tiene todo el sentido del mundo, Jisoo nunca fue amiga de las verduras o frutas, las odiaba desde que tenía uso de razón. Incluso sonríe al recordar como su versión de seis años aventaba los brócolis hacia todos lados con tal de evitar comérselos, de hecho si pudiera nunca volvería a probar un solo vegetal lo haría sin dudarlo.

Así que no, no se trata de nervios.

—¿Te han dicho que pareces un lindo conejito?

Jisoo baja la mirada con rapidez cuando nota que los inquietos orbes de Rosé se encuentran con los suyos.

—Me han dicho que parezco un castor.

—Adoro ser la primera en tu vida, en ese caso.—Dice mientras le guiña el ojo.

“¿Se sonrojó por aquella acción? ¡Claro que no! Solamente hace mucho calor en esa temporada del año.”

Kim Jisoo nunca se sonrojaria por alguien como Park Rosé.

La alfa lo nota y señala con sus dedos.

—Tu eres adorable.

—No, no lo soy.

—Claro que sí.

—Tu eres insoportable.

Kim deja caer su cabeza contra sus brazos soltando un gruñido.

Cómo siempre la estúpida (Rosé) no conoce ni entiende de límites. Pues su estúpida mano se dirige a su cabellera donde deja estúpidas pero tranquilizantes caricias.

Jisoo no se queja porque ya no tiene energía, no porque lo esté disfrutando.

—Mmm...

Ronronea e inclina aún más su cabeza hacia esa delgada palma, pero para en seco cuando escucha una risa nasal de parte de la alfa.

—Realmente caes mal.

Rosé rueda los ojos.

—Yo no dejo que las personas que me caen mal acaricien mi cabello, Jisoo.

Touché.

—¿Qué no habíamos quedado en algo alfa estúpida?

—Si tanto insistes en que me guarde silencio tu deberías tomar cartas en el asunto.

El coqueteo para nada disimulado de Park hace que el corazón de la omega se comience a acelerar.

Jisoo abre los ojos y la boca de forma exagerada, llena de sorpresa y con las mejillas de un rosa muy intenso. —¿Qué?

—Lo que oíste. Cállame, omega.

Rosé se inclina levemente, peligrosamente cerca de la mayor, dándole una prueba de ese delicioso olor a cacao fresco.

Un aroma tan fuerte y adictivo, propio de una alfa segura y coqueta.

Y por un momento quiere quedarse sin oxígeno para inhalar y sentir aún más ese olor delicioso.

Sin embargo, vuelve y le gruñe sumamente enfadada mientras la empuja aunque controlando su fuerza. Sabe que la alfa es mucho más fuerte que ella y lo menos que quiere es tenerla como enemiga física.

Por lo que viendose visiblemente derrotada, masculla una vez más.—No me hagas perder el tiempo, Park.

Rosé sonríe de forma engreída.

Jisoo lo odia.

Porque la hace ver mucho más atractiva de lo que realmente es.

—Tu no me digas que me calle si realmente no harás el trabajo completo, Kim.

La omega comienza a recoger sus pertenencias mientras niega con la cabeza. —No puedo más, esto es suficiente por hoy. Es un jodido dolor de muelas estar contigo y soportarte.

—¡No! ¡Espera! Uhm, déjame llevarte a casa.—El tono lleno de desesperación hace a Jisoo casi detenerse de golpe y aceptar sin pensarlo, pero no. No debe pasar a más.

—¡No!

—¡Si!

—¡No!

—¡Si!

—¡No!

—¡No!

—¡Si!

—Bien, gane yo. Andando.

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pronto se pone más interesante, promesaaaaa

goma de mascar.  /chaesoo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora