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Sadie Torrez

¡SALÍ!,¡SALÍ!, ¡SALÍ!—unos gritos desesperados hicieron que me despertara alarmada, miré de un lado al otro dándome cuenta que no estaba en mi casa, entre en un transe rápidamente.

—¿Dónde mierda estoy?—pregunté para mi misma.

—¡SALI!, ¡SALI!, ¿QUÉ HAGO?—reconocí la voz segundos después.

Rodrigo.

Miré de un lado a otro y por el ruido que generaba empecé a caminar en esa dirección.

Toque la puerta haciendo que un gritó se escuche desde adentro.

Segundos después un umpalumpa apareció enfrente mío.

—Ah sos vos—dijo tocándose el pecho exaltado.

—¿Se puede saber qué mierda te pasa?—pregunté.

—Estoy en stream—dijo—Estoy jugando al Poopy playtime—continuó—Juego unos minutos más y te voy a dejar a tu casa, si queres—asentí volviendo al living.

Muchas cosas que pasaron ayer empezaban a venir a mi mente, la última fue la que hizo que me tensara de pies a cabeza.

Los labios de Rodrigo se movían a mí ritmo mientras yo estaba arriba de el.

Suspiré fuertemente.

Tenía un dolor de cabeza insoportable, el cuerpo me dolía.

No vuelvo a tomar en mi vida.

—¿Ya?—la voz de Rodrigo se escuchó haciendo que volteé a ver y asienta.
—¿Te duele algo?—preguntó y asentí—¿Qué te duele?—volvió a preguntar, pero con un tono de preocupación adornando su voz.

—La cabeza y el cuerpo—respondí.

—La cabeza te duele por tomar mucho y el cuerpo porque jugaste a las luchas con Ivan—dijo divertido mientras caminaba hacia la cocina.

—¿Yo jugué a las luchas?—pregunté confundida y el asintió.

—Todo empezó por el tema del frío y el calor—

—¿Le gané?—pregunté.

—Se podría decir que si, Ivan no quiso seguir después de unos minutos—respondió.

—¿A quién se le ocurre decir que el calor es mejor qué el frío?—pregunté rodando los ojos y una risa salió de Rodrigo.

—Toma—dijo estirando una pastilla.

—¿Me vas a drogar?—pregunté y el asintió rápido.

—Es para el dolor de cabeza—respondió después de unos segundos.

—¿Me podes decir que más hice ayer?—pregunté intentado que dijera que nos besamos.

—Te tuve que llevar hasta tu casa y en el caminó ibas saludando a todo el mundo por la ventana, cuando llegamos a tu casa me dijiste que no tenías llaves y te tuve que traer acá—dijo.

—¿Solo eso?—pregunté mirándolo y el asintió firmemente.

—Que raro, yo me acuerdo de algo más—dije y el me miró confundido.

—¿Qué cosa?—preguntó.

—Nada, seguro flashee—hablé subiendo y bajando los hombros.

—Decime—habló firme.

LittleGirl
12/03/22

𝐒𝐢𝐧 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐨 || 𝐑𝐨𝐝𝐫𝐢𝐠𝐨 𝐂𝐚𝐫𝐫𝐞𝐫𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora