Llueve, cielo, llora la pena de vernos caer.
Vacío, en ti no existe nada, no hay ningún Dios.
Tú, que conoces las verdades de mí y de ese chico que camina solo por la avenida, dime, ¿tenemos un futuro?
Oscuro o claro, de día finges sonrisas y por las noches acompañas la desolación de los suicidas, y algunas otras, lloras, empapas mi vista, empañas mi alma, y me llenas los pulmones de arte.
Las estrellas de tu corazón aún brillan, y te opacan a ti, está bien estar vacío, está bien estar mal, ellas me guían hacia un lugar mejor, quizá, con el chico que ahora llora mientras fuma, necesita compañía, todos la necesitamos.
Al final de todo, somos solo un suspiro de algún artista demente, refugiándonos en las esperanzas que se evaporan en el humo de mi café, sin rumbo y un tiempo incierto porque este camino ya no tiene un destino, pero sí un final.
