✧Capítulo 4✧

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Gulf se removió en la incómoda camilla donde lo tenían. Abrió sus ojos lentamente y se encontró con una de las salas de emergencia, conectado a un tipo de suero que suponía que tenía algún calmante, pues su cuerpo estaba muy relajado.

-Mi niño.- llamó Mali. -¿Cómo te encuentras?.- preguntó la mujer preocupada.

-Me siento cansado mentalmente.- murmuró el menor sobando su cabeza para tratar de despejar el dolor.

-¿Gulf está despierto?.- preguntó Sam en voz baja, asomándose un poco por la puerta de la habitación.

-Si, Sam, recién despierta.- respondió Mali y la psiquiatra entró.

-¿Cómo estás, querido?.- preguntó Sam tomando una de las manos de Gulf.

-Me duele la cabeza.- respondió el moreno.

-Los enfermeros ya revisaron si había sufrido algún golpe severo pero todo está en orden.- informó la enfermera.

-De acuerdo, eso es bueno.- comentó la doctora. -Pero tenemos que saber que sucedió, ¿quieres hablar de eso?.-

-No lo sé.- murmuró Gulf en encogiéndose en la cama para recargar su cara sobre sus rodillas.

-Está bien, Gulf, pero debo saber qué sucedió para pensar en alguna solución.- la doctora tenía una idea de lo que pudo haber pasado, pero si su presentimiento era cierto, ni siquiera las pastillas con las que lo estaban tratando, estaban haciendo su efecto correctamente.

-Lo vi de nuevo, Sam, él estaba ahí en el pasillo.- la voz de Gulf era muy baja y sonaba casi rota, como si quisiera llorar de solo rememorar la situación.

-Oh Gulf.- jadeó la psiquiatra asustada. Esa entidad extraña que Gulf afirmaba ver y sentir cerca no tenía un nombre en especifico, de joven el moreno solía llamarlo "el monstruo" por su aspecto desfigurado y su voz grave, aunque se suponía tenía una apariencia algo similar a la de un humano normal.

-El llamó mi nombre, no recuerdo mucho de lo que dijo, pero era él.- lágrimas comenzaron a bañar su rostro y Mali no dudó en abrazarlo, limpiando sus lágrimas.

-Tranquilo, mi niño.- murmuró la enfermera.

-Voy a pedir que coloquen unas bocinas aquí, quiero hacer unas pruebas con el cantante que te gusto.- informó la psiquiatra. -¿Lo recuerdas, Gulf?.-

-Si, quiero escuchar a Mew.- afirmó Gulf escondiendo su rostro en el cuello de Mali, tal como un niño pequeño que fue asustado.

Esa misma tarde Sam se encargó de tener todo listo para poner a prueba su "experimento", aunque le dolía llamarlo de esa forma pues se trataba de Gulf y ella no quería hacer nada que dañara al menor.

-Mali, no quiero estar solo.- murmuró el moreno con miedo, haciéndose bolita en su cama, abrazando la almohada con fuerza.

-Lo sé, mi niño, pero tengo que volver a casa.- dijo la enfermera, acariciando el cabello del menor. -Lau debe estar esperándome.-

-Tu esposo debe odiarme por hacerte trabajar horas extra.- afirmó Gulf haciendo un tierno puchero.

-No es así, él sabe que te amo como un hijo e incluso a pensado en venir a visitarte.-

-¿Vendrás mañana?.- preguntó el menor solo para asegurarse, pues nadie más que Mali y Sam le daban la confianza de contar sus problemas y la forma en que se sentía.

-Claro, mi niño, estaré aquí antes de que despiertes, eso tenlo por seguro.- afirmó la mujer mayor.

-Dudo que vayas a estar aquí a las 3 de la mañana, cuando las voces comienzan a gritarme.- murmuró el moreno.

Mi Lugar Seguro - MewGulfWhere stories live. Discover now