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—Y es por eso que tengo que secuestrar a Akutagawa— Explica Dazai frente a sus compañeros de trabajo.


Kunikida se masajea las sienes, ni siquiera sabe para qué le pidió que lo explicara, claramente iba a ser algo tonto.


—Mira Dazai, entiendo que estés preocupado por Nakahara, pero ¿Secuestrar a un miembro de la Port Mafia? Si no te lo quieren decir es por algo, solo déjalo—


—Kunikida-kun ¡Si me lo esconden es porque es grave!—


—O solo no es tu maldito asunto, o tal vez Nakahara valora su privacidad y no quiere que un traidor de la mafia lo vea enfermo o simplemente estás exagerando y Nakahara está bien— Intenta razonar Kunikida.


—No, Dazai tiene razón, él no está bien— Comenta Ranpo mientras se quita los lentes.


—¿Qué sabe Ranpo-san?— Pregunta Dazai.


—Que está en el hospital por algo grave ¿Puedo ver una de las flores?—


—Akutagawa me quitó la que tenía, pero tal vez haya más en el apartamento de Chuuya— Dazai asiente —¿Alguien quiere ver como fuerzo el mejor sistema de seguridad del mercado?—


Ranpo y Kyouka levantan la mano, Yosano se asoma interesada desde la enfermería.


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Dazai desactiva la alarma y abre la cerradura de múltiples candados mientras 4 personas lo observan.


Kyouka está hincada a su lado, parece interesada en aprender.


—Listo— Dice el castaño, se levanta y gira la manija abriendo la puerta, pero es detenido por un seguro de cadena —Kyouka, tus manos son más delgadas ¿Puedes?—


No necesita ayuda para eso, pero Kyouka parece estarse divirtiendo.


Kyouka tarda un poco más de que Dazai hubiera tardado, pero al final abre la puerta.


—Lo hice— Dice, hay un ligero brillo en sus ojos.


Kunikida, que está ahí para evitar que hagan alguna tontería especialmente mala, quiere llorar por lo que sus ojos presencian.


—Genial, otro día te enseñaré a abrir una bóveda— Dazai la felicita.


Entran al apartamento y el aroma a flores y el aromatizante de hogar llenan la nariz de Dazai.


No le toma mucho ver un pequeño rastro hasta la habitación de Chuuya.


—Y esta es la casa de Chuuya— Dice Dazai, camina hacia la habitación y abre la puerta.


Cientos de flores, incluso tal vez mil, están en la habitación, pensamientos negros, rosas amarillas y abrepuños.


Ranpo ve el interior de la habitación mientras se pone los lentes, Dazai lo ve quedarse en silencio con una expresión sorprendida.


—¿Ranpo-san?—


—Dazai, él va a morir— Dice sin rodeos —Si no encuentran al responsable pronto, no le queda mucho de vida—


—¿Cuánto tiempo?—


—Tal vez un mes o dos, tres si tiene suerte y lo cuidan bien—


—¿Tienes idea de quién puede ser?—


—No realmente— Ranpo —Tal vez si viera el lugar donde fue atacado—


FlowersWhere stories live. Discover now