๑ ׄ ﹙ después de despertar de un espléndido sueño, su vida se tornaría una completa pesadilla al encontrar un tibio cuerpo entrelazado al suyo, que lo mantenía cautivo entre sus brazos sin intenciones de liberarlo.
Eso pensaba, h...
Lo que antes era un cachorro sucio y apestoso se convirtió en un chico de suave y blanca piel, con el cabello sedoso y unas regordetas y rosadas mejillas y con unos hermosos ojos obscuros impregnados de inocencia y pureza. Sin duda, la criatura más bella y exótica en todo el mundo.
— ¿Cual es tu nombre, pequeño?— preguntó aquel viejo que rento al pequeño y puro cachorro por una gran cantidad de dinero.
— J-jake... — Respondió tímido y con la cabeza agachada por la vergüenza.
— Así que eres un híbrido, ¿no?
— S-Si señor...
— Pues ahora me obedecerás si no quieres que maten a tu hermano, ¿Entendiste?
El pequeño se quedó en silencio al escuchar aquello.
— ¿Que si entendiste pedazo de imbécil? — pregunto tomando del brazo al cachorro que ya comenzaba a sollozar por la crueldad de aquel humano.
— S-Si. ―Respondió estrujando un poco con sus manitas la pequeña falda que le obligaron a usar junto a un horrible e incómodo collar.
— Bien.
En aquella gran habitación el ruido metálico del cinturón junto a el sonido de una cremallera descendiendo fue lo único que escuchó el cachorro antes de que su frágil y débil cuerpo fuera lanzado con brusquedad a la gran cama donde fue despojado violentamente de su inocencia, sus lágrimas manchaban las sedosas y blancas sabanas, la sangre se encargo de teñir los muslos de aquella inocente alma que gritaba desgarrando su garganta cada ves que aquel viejo se abría paso en el con brusquedad.
Fueron los minutos más crueles y dolorosos de toda su vida, sentía ardor en su interior, sentía asco de si mismo. Su hermano Ni-ki estaría tan asqueado con el, quizá si no hubieran corrido a otra parte seguirían juntos y nada de esto estaría ocurriendo.
La puerta se cerro con brusquedad provocando un escalofrío en el pequeño cachorro que ahora estaba metido bajo la cama con la cola entre las patas, la sangre seguía escurriendo por sus patitas ensuciandolas, lloraba lastimeramente con sus ojitos cerrados. Aulló muy fuerte y dolorosamente al escuchar el grito de dolor de su hermano Jay, seguro los humanos le volvieron a azotar para confesar donde esta su otro hermano.
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— Muy bien Sunghoon, recuerda que lo tienes que alimentar cada cuatro horas, cambia su agua a diario, sacalo a pasear si es que rasca la puerta y si rasga la alfombra abre la puerta del jardín.
Sunghoon asintió sin apartar la vista del cachorro que lo miraba fijamente de igual forma, Ni-ki giró levemente su cabecita para enfocar mejor al humano y poder ver por que lo miraba tanto desde hacía ya casi quince minutos.
— Bien, entonces me voy.
Y por fin esos quince minutos Sunghoon le quitó la vista de encima al canino.
