Treinta y nueve años era un largo tiempo para estar separados.

—Los ladrones que te dijeron me habían matado, eran enviados por el banco —. Harvie frunció el ceño y se giró hacia él—. ¿Recuerdas mi deuda y como el banco se negaba a darme un préstamo? Era porque querían mi propiedad para construir un teatro, como me negué a dárselas pensaron que matarme solucionaría el problema.

—Pero tu dejaste todo a mi nombre.

Asintió y se acomodó en el banco, acercándose un poco más a él. Harvie no se movió y solo lo siguió con la mirada, atento a todos sus detalles.

—Sospechaba que intentarían hacerme daño y tome medidas para evitar que consiguieran lo que buscaban. Dejé la propiedad a tu nombre pensando que sería una buena idea y luego pasé los siguientes treinta y cuatro años de mi vida temiendo que te hubiera convertido el blanco de su ambición. El pensamiento de que te hubieran hecho daño me perseguía, Harvie.

Quería inclinarse hacia él y abrazarlo, abrazarlo con fuerza y llorar en su hombro. En esos momentos donde se sentía tan triste y solo, Timmy era lo mejor que podía sucederle y lo que más necesitaba, pero no pudo conseguir reaccionar o mover su cuerpo para acercarse a él.

—Nunca intentaron lastimarme, regresaron un par de veces por la propiedad, pero me negué a dárselas y luego cuando me casé dejaron de insistir.

—¿Te casaste?

—Muchas cosas sucedieron, pero perdón, de verdad no comprendo —. Acarició su mejilla, reuniendo el valor para tocarlo otra vez y su vista se nubló—. Vi tu cuerpo en el ataúd, Timmy.

—No sé a quién viste, Harvie, pero no era yo.

Había una posibilidad, el cuerpo que había visto tenía el rostro estallado por el disparo que le habían dado. Podrían haber colocado a cualquier hombre con traje que tuviera un cuerpo grande y musculoso y en el momento de la angustia Harvie no se habría percatado de que no era él, mucho menos desde la distancia a la cual lo había visto antes de que cerraran el ataúd.

—Pero...No comprendo como sigues con vida, me dijeron que te habían disparado...Que te dispararon en la cabeza.

Timmy se quitó el sombrero para apoyarlo en el escritorio y le señaló una cicatriz que tenía en la cabeza. Tenía una cicatriz en la frente donde la bala había entrado y un largo corte que había dejado en el lado derecho de su cabeza al pasar por la carne y salir por atrás de su cabeza.

—Eso hicieron —confirmó—. Pero por milagro no morí. Me dejaron desangrándome durante horas y me desmayaba constantemente, pero seguía despertando cada vez. Los asesinos empezaron a asustarse, pensaron que era alguna clase de brujería y huyeron. Me dejaron tirado en el campo donde me habían atacado hasta que los del banco llegaron y me llevaron al hospital.

—¿Cuánto tiempo estuviste sangrando?

—Casi un día.

—Es imposible, una herida de este tamaño te habría desangrado en minutos —. Le giró el rostro para mirar la cicatriz y Timmy disfrutó del contacto con sus manos—. Es imposible, incluso aunque sobrevivieras ¿cómo es que no tienes daño cerebral? ¿Secuelas?

—Te digo que fue un milagro, Harvie. No he podido explicarlo.

Se sujetó el rostro al comprender que todo ese tiempo él había estado con vida y lloró contra sus manos. Para Timmy, verlo llorar siempre sería una gran debilidad y aunque hubieran pasado años desde la última vez, seguía removiéndole el pecho.

—Estuviste c-con vida todo este tiempo —. Se dejó caer de la silla frente a él y Timmy bajó del banco y apartó sus manos para que no se ocultara—. Debí s-saber, debí...Debí haberte buscado...Haber desconfiado.

Vidas cruzadas: El ciclo. #3 COMPLETA. +18. BORRADORWhere stories live. Discover now