— Te estoy entregando a mi más grande tesoro, solo cuídala.

— No tiene que pedírmelo, sabe que jamás la soltare.

— Solo quería asegurarme.

Mi padre toma asiento al lado de mi madre secándose las lágrimas.

— Te ves hermosa nena – dice tomando mi mano.

— Tu no estas nada mal – digo sonriendo.

Escuchamos al sacerdote y seguimos lo que habíamos ensayado días antes.

Decimos nuestros votos y nos colocamos los anillos, cuando el padre al fin dice puede besar a la novia, Michael me besa profundamente haciéndome mojar mis bragas de deseo.

En la fiesta bailamos, reímos y disfrutamos junto a nuestros seres queridos. Michelle y Diego pasaran la noche con mi madre y Sara mientras nosotros pasaremos la primera noche en nuestro antiguo departamento.

Han pasado tres años desde que Michael me pido matrimonio, pasamos meses reconstruyendo nuestra casa, cuando por fin lo logramos yo ya había dado a luz a nuestro hijo y al fin nuestra familia estaba completa. Durante dos años hicimos los preparativos de la boda para que todo saliera perfecto tal y como queríamos.

Cuando nos despedimos de nuestros amigos y familia nos vamos a tener nuestra primera noche de recién casados.

Cuando salimos del ascensor Michael me toca entre sus brazos y trata de abrir la puerta del departamento.

— Esto es imposible – dice dejándome en el suelo nuevamente.

Saca las llaves de su bolsillo y abre la puerta al fin.

Me toma en brazos nuevamente y entramos dándonos un gran beso, patea la puerta para cerrarla y camina conmigo hasta la habitación.

— No sabes las ganas que tenia de quitarte ese vestido.

— Creo que tengo una idea – digo mientras él me mira con cara de depredador.

— Te quitare el vestido y te hare gritar mi nombre hasta el amanecer.

— Estoy totalmente de acuerdo con eso, pero hagamos un trato.

— Soy todo oídos.

— Quien grite el nombre del otro primero debe preparar el desayuno mañana.

— Trato – dice con una sonrisa – mientras iré pensando en que quiero para desayunar.

— Sueña, ganare yo. – digo bajándome el cierre del vestido.

— Nena – dice él acercándose a mí.

— ¿sí? – pregunto inocentemente.

— Yo te quitare el vestido. – mueve las mangas del vestido por mis brazos, logrando que me dé un escalofrió.

Me quita el vestido dejándolo caer al suelo, salgo del mientras Michael lo recoge y lo deja sobre el sillón.

Su mirada es de puro deseo, llevo un conjunto diminuto color blanco de encaje y unos portaligas. Los zapatos de tacón me hacen quedar casi a su misma altura.

— Estas para comerte – dice mientras besa mi cuello. – comerte completa.

— Cómeme, yo seré caperucita esta noche y tú serás el lobo feroz.

Un jadeo sale de sus labios mientras se quita la ropa lentamente, cuando esta completamente desnudo me debo caer de rodillas delante de él, tomo su miembro entre mis manos moviéndolo de arriba abajo, su respiración de siente irregular, paso mi lengua por su eje mientras lo miro a los ojos, él quita sus ojos de los míos y mira el techo de la habitación mordiéndose los nudillos, comienzo a chupar más fuerte y rápido, él toma mi cabello y comienza a mover mi cabeza haciendo que su polla entre mas en mi boca.

Me afano completamente en mi trabajo, cuando sus piernas comienzan a tiritar lo hago mas rápido.

— Nena – dice tratando de quitar mi boca de su miembro – nena, voy a correrme.

Lo chupo mas fuerte justo cuando lleva al orgasmo dejando salir un grito estrangulado de placer.

— Amy – dice mientras succiono las ultimas gotas de su liberación.

— Quiero panqueques con dulce de leche y un cappuccino – digo mirándolo por fin con una gran sonrisa.

— ¿Qué? oh así que ese era el juego – dice tomándome entre sus brazos y dejándome en la cama de espaldas a él. Acomoda mis piernas y me dejan con el trasero al aire, me da un azote que me hace arquearme pidiéndome más. – ¿quieres jugar? Vamos a jugar.

Pasamos la noche haciendo el amor como nunca, cuando se tienen hijos pequeños no se disfruta como una quisiera.

Me dejo llevar por completo, grito su nombre una y otra vez hasta el amanecer.

Y pensar que todo esto empezó con una simple entrevista y luego se convirtió en una reto, termine Enamorando al Enemigo o mas bien él a mí.

FIN... 

Enamorando al ENEMIGOWhere stories live. Discover now