— ¿realmente cree que eso sea bueno?

— No perdemos nada con probarlo.

Asiento mientras me pongo de pie y decido volver a la habitación de Amy, le pido a su madre y a Isi que me acompañen afuera y les explico lo que el medico me ha dicho. Llegamos a la conclusión de que, si es una buena idea, quizás así logre recordar algo.

Entramos todos juntos a la habitación, Amy sonríe, pero al ver nuestras caras cambia la expresión a una de duda.

— ¿está todo bien? – pregunta dudosa

— Amy – digo tomando su mano – ya te contamos que luego del golpe sufriste una amnesia.

— Si – dice susurrando

— Pero lo que no te hemos dicho es que tenemos una hija – digo mirándola directo a los ojos.

— ¿Cómo que tenemos una hija? – dice riendo – no puedo tener hijos y ya lo sabes.

— Nena han pasado casi tres años desde que te pedí matrimonio y ese fue tu ultimo recuerdo, pero en verdad han pasado muchas cosas y las importante es que tenemos una pequeña niña.

— ¿Cómo se llama? – pregunta llorando

— Michelle – digo sacando mi teléfono y mostrándole unas fotos de los tres juntos.

— Es hermosa – dice sin dejar de llorar – ¿dónde está ahora?

— Esta en casa con Sara, es ahí donde he estado todos los días.

— ¿no te dieron el papel entonces?

— Nena, por supuesto que lo conseguí sabes que soy el mejor en lo que hago – digo haciéndola sonreír.

— Quiero ver a nuestra hija – dice de repente – ¿puedes traerla?

— ¿quiere verla hoy?

— Si. Mientras más luego la conozca será mejor, quizás así pueda volver a recordar algo.

— Iré por ella ahora mismo.

Llego a casa con una sonrisa en la cara, feliz de que todo salió mejor de lo que esperaba.

Sara me mira con una expresión de esperanza en su rostro, pero niego con la cabeza.

— Aún no ha recuperado la memoria, pero le hemos dicho sobre Michelle y quiere conocerla.

— Iré a prepararla para que vea lo hermosa que esta.

— Gracias – digo acompañándola.

Sara le cambia el pañal, le cambia ropa y le pone un bello vestido, el mismo vestido que Amy le compro para su cumpleaños.

Sara me acompaña al hospital y va animando a mi pequeña hija diciéndole que verá a su mamá, por fin después de dos semanas.

Cuando llegamos al hospital entro con Michelle entre mis brazos y Sara me acompaña. Todos están en la habitación esperando la reacción de Amy.

Cuando me ve entrar con nuestra hija en brazos una sonrisa tira de sus labios, las lágrimas comienzan a caer por sus mejillas mientras me acerco a ella.

— Hola – le dice a nuestra hija y Michelle comienza a sonreír y mover las manos queriendo que Amy la cargue. – eres hermosa.

Amy le estiro los brazos queriendo tomarla en brazos

— Con cuidado nena – le digo colocándola con cuidado sobre sus piernas.

Michelle apoyo su cabeza en el pecho de su mamá haciéndola llorar una vez más.

Enamorando al ENEMIGOWhere stories live. Discover now