Chapter seven.

Magsimula sa umpisa
                                    

Némesis recorrió el lugar con la mirada, también con un semblante lleno de confusión.

—Creí que estarían aquí, pero no creo que eso importe mucho. Ya les había dicho que iríamos al bosque.

¡Bien, estamos listos!

Aquel grito de emoción las hizo voltear a la misma vez, llamando la atención del resto de personas que estaban en el sitio.

Ellos rieron, y volvieron a enfocar su atención en lo que estaban haciendo antes.

Scorpius y Albus venían bajando las escaleras luego de haberse quitado en uniforme. Ambos traían prendas adecuadas para terrenos sucios como lo era el bosque, y ante eso, la pelinegra negó de inmediato.

—No, no, no y no. —se paró frente a ellos— Ya les dije que sólo iríamos Lola y yo.

—¿Pero por qué? —se quejó Albus— Nosotros también queremos ir con ustedes.

—Pasan exactamente todos los años con nosotras, ¿no podemos tener un día a solas?

El rubio alzó una mano, pidiendo permiso para hablar. —Sólo será hoy.

—Dudo que quiera verte ahora, Malfoy.

Los dos chicos le dieron una mirada a Lola, y ella sólo se encogió de hombros.

Debía admitir que seguía un poco molesta, especialmente con Scorpius; aquel día que ambos hablaron lo único que hizo fue pedir disculpas entre tartamudeos.

Pero en ningún momento le dio una explicación por lo que había hecho.

—Vamos, ya le pedí disculpas por lo que hice. —bufó— Además, tú también la cagaste, debería estar molesta contigo también.

—Si está o no molesta conmigo, es su problema. Pero no irán con nosotras.

—Estaremos un poco más lejos. —intervino Albus, casi desesperado por recibir un 'sí' de respuesta.

—No.

La rubia decidió acercarse, rodeando los hombros de la chica con un brazo para hacer que retrocediera unos pasos, esperando que así comprendiera que quería terminar esa conversación.

—Némesis ya dijo que no. —habló en un tono serio— Mañana podemos salir otra vez y ahí nos acompañan.

—Pero...

Ella suspiró, tomando a ambos chicos desde la nuca para depositar un corto beso en sus mejillas.

Tampoco podía estar molesta todo el tiempo con ellos; en cierto punto le causaba algo de pena ver sus rostros de desilusión.

—Mañana, lo prometemos.

Su mejor amiga alzó una ceja mientras se alejaban. —Yo no voy a prometer nada.

—¡Adiós, los queremos!

Y tras abandonar la sala común, ambas chicas pudieron respirar con más tranquilidad, consiguiendo soltar una risa debido a la sincronía que habían tenido.

Entonces avanzaron por el pasillo, teniendo sus brazos entrelazados como costumbre.

Siempre tuvieron esa manía, según ellas, así se podían sentir más cerca y protegidas por la otra mientras caminaban por los pasillos del castillo.

Amaban tenerse cerca; la relación era como mucho más que simples amigas, y la confianza que había podía demostrarlo.

Sus cabezas en todo momento estuvieron en alto, haciendo suaves movimientos cuando pasaban cerca de otros estudiantes que conocían.

SUNFLOWER | Harry PotterTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon