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Ya sé, me he retrasado mucho, pero es que siempre que quiero escribir me pasa algo que me impide hacerlo, ¡El destino no quiere que yo escriba este intento de historia! 😡

Pero no los molesto más, sigamos con esto.



—Entiendo, ¿Tanto problema por una carta?— Exclamó la de cabellos oscuro. —¿Pues que decía la carta?—

—No creo que sea necesario esa información— Musitó con una ladina sonrisa. —Por eso es difícil para mí decirle que...pues...mis sentimientos por él, siento que en cualquier esa bendita va arruinar todo—

—La carta es cosa del pasado, tú ya me dijiste que ese tema ya lo han aclarado. Has lo mejor que sabes hacer, ser tú mismo— Finalizó con una amable sonrisa.

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Los participantew se encontraban areglando en los camerinos, la Copa Wallace estaba por iniciar.

—¿¡Qué el Equipo Rocket queeee!?— Dawn no podía creer lo que escuchaba. —¿Desde cuando los villanos ayudan en algo bueno? ¿Ó si quieran tienen corazón?—

—Suena como una locura, pero podemos intentar confiar en ellos por una vez. Además que el Equipo Rocket pueden ser malos, pero en el pasado han ayudado muchas veces— La de cabellos castaños Trataba de que su amiga condiara un poco.

—Pues si, recuerdo cuando ayudaron con el Equipo galáctico...De acueedo, vamos a confiar en ellos, pero no bajemos la guardia después de todo estamos hablando del Equipo Rocket—

May asíntio ante lo último dicho por la de Sinnoh.

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El primer día de la Copa Wallace llegó a su final y en medio del bosque dos chicas se encontraban esperando a esos villanos particulares.

—¿Crees que si vengan?— Preguntó Dawn, ya algo de estresada de tanto esperar.

—Pues más le vale que vengan por que si no...— La chica fue interrumpida por una risa bastante conocida.

—¿Ó sino qué,btorpe?— Dijo el ys conocido Meowth.

—Mmh, por fin llegan— Habló la de cabellos oscuros con una mirada neutra. —Vayan al grano, ¿Cual es su idea de “Ayuda”?—

Mientras tanto en el centro Pokémon, nuestros dúo favorito se encontraban en la habitación que compartía. Los dos tirados en el piso, Cinderace estaba en su ppkebolas y Pikachu dormia placidamente en la cama de arriba.

No decían nada, solo eran ellos haciendo compañía al otro en un tramquilo silencio.

Pero un roce entre sus manos provocó que ambos se mirarán con un ligero sonrojo en sus mejillas.

Sin darse cuenta se habían perdido en la mirada del ojos, y sin darse cuenta sus cuerpos tomaron vida propia y se estaban acercando cortando poco a poco la distancia entre ellos, pero hasta llegar a cortarla por completo.

Sus miradas tenían un brillo único, era algo hermoso, algo que solo ellos provocaban.

Todo parecía perfecto, tan perfecto como para ser real.

Si me toca romper todo mi corazón para atarte a mi vida
Ya tendré que entender que en las guerras de amor siempre hay balas perdidas...”

Tu Carta, Tu CulpaWhere stories live. Discover now