Diario de un mexiNaco en Francia, día 6.

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Bien, hoy fue el primer fin de semana, el primer sábado desde que estoy aquí, y no teníamos ni tareas, ni deberes por hacer, pensamos que ya llevamos una semana aquí y ni siquiera habíamos ido a la playa a pesar de vivir en ella.

Desperté alrededor de las 11 del día y tomé la decisión de por fin acomodar mis cosas, desempacar y empezar a acomodarme como si estuviera en casa, que raro, ni si quiera había sacado nada de ella quizá por la idea de que no estaré aquí todo el tiempo; saqué mis camisas, mis pantalones, tenis y demás. En México es muy común hacer el aseo de la casa mientras escuchamos música, tanto que de pronto se hace una rutina. Así que decidí poner música de Aleks Syntek, no sé, disfruté cada canción para mí fue diferente recoger como si estuviera en mi casa, bueno, la de Aguascalientes, porque aquí aunque vaya poco tiempo, sé que soy bien recibido. Al terminar bajé rápido a almorzar, pude platicar con Odile y Robert, no me había puesto a pensar que diario platico con la familia, yo lo había tomado como que cada vez nos conocíamos más, pero ahora que lo pienso cada vez practico más, ya que he mejorado bastante mi francés, Odile es maestra de francés y me corrige cuando yo estoy mal, creo que he tenido suerte al estar con esta familia en todos los aspectos, amo las conversaciones al amanecer y al anochecer, estar acompañado por su gato siamés Tino, disfrutar de tardes de fútbol en las que viene Christian, el amigo del señor de la casa, que incluso aparentemente ha ido a México y hablar sobre futbol y demás, hace poco acaba de llegar Neymar al PSG y por alguna razón todas las personas nos preguntan a los mexicanos sobre qué pensamos o nos lo menconan como si estuvieran hablando de otro compatriota, quizá no tienen idea de las dimensiones de nuestros países y la diferencia de distancia entre ellos, o quizá, y lo más seguro, es que solo tratan de empatizar y establecer comunicación con nosotros, yo lo tomo así y claro que respondo de buena manera.

Tuve que irme volando después del almuerzo porque el camión se pasaría, aquí literalmente cumplen una hora exacta a la que tienen que pasar como he dicho antes, si pierdes el bus tendrás que esperar al siguiente, y quizá entre uno y otro hayan 40 minutos de espera, así que será asegurado que llegarás a tu destino con una hora de retraso, imperdonable aquí, claro está. Cuando llegué a la playa, tuve que buscar donde estaban mis amigas, pude darme cuenta de que la diferencia es que aquí en Francia la playa es fría, mientras en Mx todos estamos acostumbrados a que hace mucho calor. Pude ver algunas personas que iban con pantalón y sudadera, aunque también pude ver a una señora sentada en una silla, leyendo un libro al mero estilo del topless, mi mente vuela, no sé qué pasaría si en nuestras playas hubieran tales escenas, o quizá si las hay, pero no me doy cuenta porque no me gusta ir a la playa ja, ja. Cuando encontré a Sofía e Idalia, platicamos un tiempo y aunque no quisieron entrar al mar porque no tenían toalla, Idalia y yo caminamos el borde sintiendo las olas con el agua hasta nuestras rodillas, yo fui el único que se atrevió a entrar a nadar, con todo y algunas corrientes aún más frías que las que ya había, aprovechamos para tomarnos una foto el uno al otro.

Idalia necesitaba hacer el contrato de su plan telefónico así que nos fuimos rápido con la promesa de volver el lunes y ahora si nadar cueste lo que cueste. Mientras íbamos al centro de Brest me pude dar cuenta que también se encuentra un grupo de orientales aquí, así como a nosotros, además de encontrarnos a 3 mexicanos y a mi amigo Beto, de Aguascalientes. Al parecer estamos haciéndonos unos expertos para movernos en Brest, hoy investigué y aquí hay ligeramente más de 300 mil habitantes, es más o menos el 10% de los habitantes de Aguascalientes.

Regresé un poco tarde a casa, hora y media después de la hora de cenar (7:30) así que para no molestar a nadie decidí subir a la habitación directamente, pero el buen Robert subió para invitarme a comer, vaya que generosidad tiene él, se irá al cielo con todo y zapatos. La cena era una pizza para mí solo, pero no pude terminarla, algo me dice que mañana en el picnic, Sofi, Idalia y yo tendremos algunos refrigerios. Cuando subí a la habitación, tuve una vídeo llamada con mi familia, es raro el pensar que el tiempo vuela cuando lo hacemos, de pronto pasaron dos horas y media, pero para mí fue apenas un rato. Me reconforta un poco, aún estoy un poco reflexivo, pero siempre me ha gustado ser así, pensar las cosas, estar seguro de lo que hago, dar tiempo a la melancolía, a la tristeza y a todo.


Una semana está a punto de terminar y ha pasado casi de todo, aunque aún falta la prueba difícil, que será cuando todos tengamos que irnos a nuestras ciudades y comenzar con los estudios en la universidad, en fin, me voy; mañana tenemos un picnic y no quiero llegar tarde.

 Una semana está a punto de terminar y ha pasado casi de todo, aunque aún falta la prueba difícil, que será cuando todos tengamos que irnos a nuestras ciudades y comenzar con los estudios en la universidad, en fin, me voy; mañana tenemos un picnic...

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(Foto que me tomó Idalia, en la hermosa playa de Moulin Blanc, aunque el clima se ve perfecto, estaba muy frío, y el agua ni se diga, ahora entiendo por qué la gente va a la playa con sudadera)

El diario de un MexiNaco en FranciaWhere stories live. Discover now