Pelirrojos, rubios y morenos

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•|El capítulo va para mi abuelo, donde quiera que Raziel o Zeus quieran tenerte ojalá estés orgulloso de mi|•

- Ya déjala en paz, ella no tiene la culpa -Gritaba Clary a Jace.

- ¡Por ella estamos aquí, ni siquiera sabemos como es que llegó aquí! -.Señalo a Lena.

- ¡¿Y lo demás?! ¿Sabemos como llegaron los demás? ¿O al menos quien llamó al rey del infierno? -.Susurro Clary mirando un punto nulo, había traído a Jace hacia un lado del bosque, y platicaban en voz baja.

- No lo sabemos, todo es tan horrible, es como volver a los tiempos de Sebastian -.Susurro Jace, no para Clary, más para él.

- No es Sebastian, es Lucifer, es algo mucho más grande que Valentine y Sebastian juntos, Jace pase lo que pase saldremos de esto -Clary dio media vuelta y camino de nuevo hacia el pequeño campamento improvisado.

- ¿Y bien? -Pregunto Tobías a Clary en cuanto la vio llegar.

- ¿Qué cosa? -Miro a su alrededor y se dio cuenta que todos la miraban.

- Son cazadores de demonios, ya saben que hacer con Lucifer, ¿no? -Clary miro a Jace, a Tobías, a Jace y de nuevo a Tobías. Se había preguntado cuanto había tenido que esperar para que algo así volviera a pasar, y lo había añorado, el sentimiento de hacer algo grande y usar sus habilidades, pero no quería que ocurriera de esa forma, porque muy en el fondo sabía que lo que vendría seria algo mas grande que las miles de misiones a las que se habían enfrentado antes.

- Necesitamos saber cómo llegaron todos aquí -Susurro Clary- Y tenemos que jugar su juego -Levanto la vista y vio hacia el cielo que en realidad era un domo.

(...)

- Annabeth -Pronunció Percy mirándola, anonadado por donde se había despertado- El campamento...¿Cómo...como llegamos aquí?

- Tu nos salvaste Percy, todo te lo debemos a ti -.Pronuncio la chica, con voz seductora y unos ojos que pedían algo más que solo palabras.

- Yo no-yo no, los salve, yo no pude, mi tío nos hizo esto Annabeth. ¿Dónde están los demás?

- No están, nunca han estado, y jamás estarán, ¿No lo entiendes? -Pregunto la chica deteniendo su paso- ¡Es todo lo que siempre has querido! -Gritó en forma de exitacion y alegría pura.

- Yo no quiero esto Annabeth. ¿Por qué hablas así? -Señalo Percy poniéndose de pie, tomo su pluma y la oprimió contra sus dedos, preparado para apretar el botón que sacara su larga espada y poder empuñarla.

- Baja eso Percy, ya estamos a salvo, Todos estamos bien -Susurro la chica.

- ¿Todos? Dijiste que ya no estaban -Su cabeza dio mil vueltas y entonces lo comprendió- Tu no eres Annabeth, no eres ella, Annabeth nunca hablaría así -Soltó- Ella estaría preocupada por todos los demás.

La chica soltó una carcajada fría.

- Eres un muchacho listo Percy Jackson, es una lastima que después de todo mueras de una forma abrumadora -Contestó la forma de Annabeth con una sonrisa.

- ¿Qué eres?, ¿Dónde están los demás? ¿Dónde esta Annabeth? -Pregunto sacando la espada.

- Una pregunta a la vez, además ya te lo he dicho muchacho -Dio dos pasos al frente y Percy soltó un golpe- Baja esa espada muchacho, te pícaras un ojo -La mujer cambio de forma, ahora a una belleza tan extraordinaria que ningún hombre podría resistirse, pero él no se resistía a Annabeth, porque ella era la diosa de él mismo, la mujer se esfumo y había aparecido detrás de Percy succionando su olor, se acercó a su oreja y susurro- No existen más en este mundo, y jamás existirán, estamos en el infierno Percy Jackson y todos ardemos en algún momento.

Vasallaje literario.Where stories live. Discover now