Capitulo 3

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Escuché como la puerta se abrió entonces levanté la cabeza y era Adam venía con una mesita pequeña, la colocó frente a mi, después salió y volvió a entrar con otra silla, por último trajo un plato con pollo, sopa y una ensalada de verduras junto a un vaso con un líquido color naranja.

Se acercó a mi y quitó las cuerdas de mis muñecas, las sobe y vi que estában rojas y tenían algunas cortadas por los jalones que les di cuando trataba de safarme.

—Bien ahora come— dijo inexpresivo.

—No tengo hambre— respondí de mala gana, entonces mis tripas me traicionaron y rugieron.

—Yo creo que eso dice lo contrario, entonces no me hagas obligarte y come— sonrió ladino.

—¿Cómo se que la comida no está envenenada?— pregunté desconfiada.

—¿Porque le pondría veneno a tu comida? No quiero matarte relájate— dijo sentándose en la silla frente a mi.

Rendida empeze a comer, —¿Porque estoy aquí? Quiero irme— dije repentinamente.

—Dios puedes comer en silencio, ya te dije que no te irás a ningún lado de ahora en adelante vivirás aquí conmigo— hablo fastidiado.

—Pero yo no quiero, ni siquiera te conozco—.

—Pero yo a ti si. Camile Jones, 18 años, vives con tu madre Katie en una bonita y pequeña casa color café, tú padre falleció hace 7 años en un accidente automovilístico, estudias arquitectura, casi dejas la carrera, tú única amiga es Ava, se conocen desde los 5 años, no te gusta salir prefieres estar en tu casa leyendo, viendo series o estudiando, duermes a la misma hora siempre 10:30 en punto, tomas el mismo recorrido de tu casa al colegio y de regreso, no vas a ningún otro lugar— Dijo relajado.

—¿Porque me has estado espiando y ahora me tienes aquí secuestrada?— Pregunté algo asustada.

—Porque te amo y es la única forma de tenerte a mi lado sin que nadie se interponga en nuestro romance—.

—Eso no es amor, ¡estás enfermo! Déjame ir porfavor— suplique de nuevo.

—No, entiéndelo— se levantó, quitó el plato, el vaso y se los llevo, después la mesa y la silla las hizo a un lado. — confío en que si te suelto los pies no saldrás  corriendo, ¿Está bien?—.

No dije nada entonces el se agachó y desató mis pies, en cuanto estube sin ninguna atadura le di un rodillazo en la barbilla y heche a correr aprovechando que la puerta estaba abierta, me di cuenta de que había estado encerrada en un sótano ya que subí corriendo unas escaleras que daban a la cocina, escuché pasos subiendo y salí corriendo de nuevo, llegué a la puerta principal y para mi mala suerte está cerrada mire a hacia todos lados pero no encontré otra salida, me asome rápidamente por una ventana y me di cuenta que lo me nos rodeaban eran árboles, muchos árboles.

Giré mi vista a la entrada de la cocina y ahí estaba Adam con un chorro de sangre saliendo de su boca y un poco de su nariz. Lo limpio con la manga de su campera.

—Estúpida ratoncita, te dije que no intentaras escapar— comenzó a acercarse a mi lentamente.

—No ¡Alejate!¡Ayuda!— grite desesperada.

—No te haré daño tranquila— dijo con una sonrisa en la boca.

Estaba a unos pasos de mi y seguía acercándose.

—porfavor te lo suplico_.

Ignoro mis palabras y se acercó rápidamente, me cargó sobre su hombro, yo empecé a patalear y a pegarle en la espalda pero el no se inmutó. Subió las escaleras y abrió una puerta entro conmigo aún en su hombro y cerró la puerta tras de si, hasta entonces me bajo en el suelo.

—Esta será tu habitación, no te dejare salir de aquí hasta que pueda confiar en que me golpearas y saldrás corriendo de nuevo—Dijo con los brazos cruzados.

—¿Porque debería de hacerte caso? Me tienes aquí en contra de mi voluntad, idiota—.

—Porque si no lo haces podría hacerle un poco de daño a la señora Katie—.

Me paralice, no no podía dañar a mamá es lo único que me queda, no permitiría que le haga daño.

—No! No lo hagas, está bien haré lo que tu digas— Trague saliva nerviosa.

—Exelente ratoncita— Acaricio mi mejilla y yo me hice un paso hacia atrás.

—No me toques, porfavor— dije con un tono de odio.

—Bien no lo haré por ahora, en fin si quieres darte una ducha en esa puerta está el baño, las toallas están adentro, en el armario hay ropa que puedes usar, si necesitas algo solo hablame por ahi— Señalo el intercomunicador que estaba en la mesita cerca de la cama, después salió y cerró la puerta de nuevo con llave.

No tenía ganas de nada solo quería irme y estar en casa con mamá, me tire a la cama a llorar de nuevo y después me quedé dormida.

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⏰ Última actualización: Feb 20, 2022 ⏰

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