Capitulo 2

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Auch mi cabeza duele...

Dónde estoy? Lo último que recuerdo es... Oh por Dios me secuestraron!

Abrí los ojos de golpe, una fuerte luz me segó por unos segundos cuando me acostumbré pude distinguir que estaba en un cuarto algo pequeño, parecía ser un lugar en una cabaña ya que todo era de madera, no había nada en la habitación solo yo y una persona en la esquina sentada en un pequeño sillón. No pude ver su rostro ya que en dónde el se encontraba estaba muy oscuro para mí.

Justo entonces me di cuenta que estaba amarrada a una silla de manos, pies y tenía una mordaza en la boca. Comencé a forcejear tratando de safarme, trate de gritar pero todo fue inútil, una voz hablo.

—Aunque lo intentes sabes que no funcionara, cierto?—pregunto con burla en su mirada.

—...—

—Oh es cierto no puedes hablar, que idiota— dijo entre risas.

Se acercó a quitarme la mordaza y entonces comencé a gritar

—Ayuda!! Porfavor alguien! Ayuda!— grite lo más fuerte que pude.

—Joder cállate!— hablo el.

Guardé silencio por el susto, de nuevo tenía ganas de llorar, no sabía que estaba pasando ni que tan lejos estaba de casa. Tenía que encontrar una forma de salir de aquí.

Entonces el tipo se levantó y pude verlo pero no sabía quién era, tenía la piel algo pálida, cabello negro como las plumas de un cuervo, sus ojos eran de un tono verde azulado, no tenía mucho músculo pero tampoco era delgado, llevaba puesto un pantalón casual, una playera blanca con algún estampado, y una campera negra.

—¿Quien eres?¿Que quieres de mi?—pregunté en tono furioso.

—En realidad nada solo quiero tenerte conmigo...solo para mí—dijo formando una sonrisa retorcida.

—Por favor déjame ir— comencé a soltar las lágrimas que estaba reteniendo.

Tomo con su mano mi barbilla y me obligó a mirarlo a los ojos —Oh pareces una pequeña ratoncita asustada— dijo burlón.

—Sueltame!— hice mi cara a un lado y entonces aparto la mano.

—Respondiendo a tu primera pregunta. mi nombre es Adam, Adam Scott un placer Camile— hizo una reverencia.

—¿Como sabes mi nombre?— Pregunté confundida.

—Eso no importa, ahora estás aquí conmigo no dejaré que te vallas, porque eres mía— dijo con un tono de perversión.

—Por favor yo no te he hecho nada, no quiero estar aquí haré lo que me pidas pero déjame ir, porfavor— dije suplicante.

—No preciosa, es inútil rogar tendrás que acostumbrarte a mi— Se acercó de nuevo y me acaricio el cabello.

—Porfavor sueltame, dejame ir—.

—Agh estás comenzando a hartarme, y creeme que no quieres hacerlo— me dijo amenazante.

Después se dió la vuelta camino a la puerta de salida y cerro, escuché como le ponía llave.

Y hasta ahí llegaron mis esfuerzos de mantener la calma, me solté a llorar y gritar pidiendo ayuda, pero nadie entro a rescatarme. Me puse a pensar en mi mamá y lo preocupada que debe de estar, en Ava que fue a la última persona que ví, no sabia que me pasaría o que haría ese tal Adam conmigo.

Solo quería salir de aquí.

without suspicionsWhere stories live. Discover now