—No estoy planeando reunirme con nadie, Lynn. ¿De dónde sacas esas ideas?

—¿A Lola le gusta alguien? —preguntó el rubio, aún con los ojos en Némesis.

—No. —respondí al instante— No, ya no digan tonterías. Los quiero.

Sin nada más que decir, abandoné la sala común, saludando a un pequeño grupo que venía caminando hasta el lugar.

Decidí irme más rápido que nunca para así evitar que esa conversación se alargara; o sino jamás habría salido de ahí. Scorpius claramente me pediría explicaciones por lo que dijo Némesis.

Me decía que siempre quería ser el primero en enterarse sobre mis intereses amorosos.

Nunca supe por qué ese desespero.

[ . . . ]

Cuando llegué a la biblioteca, de costumbre estaba algo vacía; esto se debía a que apenas comenzaban las clases y ningún profesor dejaba encargos que realizar para la semana.

Pero cuando eso sucedía, sabía que pronto los pasillos estarían ocupados por los demás.

Algo que odiaba demasiado; prefería sitios vacíos donde nada me desconcentrara.

Aunque Albus y Scorpius en alguna oportunidad aparecían con alguna novedad y me tenían escuchando por largos minutos.

Podría ser el chisme más absurdo, pero nunca haría oídos sordos. No era tan cruel con ellos, pero si llegaba un punto donde sólo les pedía que se fueran.

Ya podrán adivinar quién se quejaba de eso.

—Señorita Windsor. —murmuró la mujer en la silla de su escritorio— Buenas tardes.

—Buenas tardes. —saludé con una sonrisa.

—Espero que esta vez no se olvide del toque de queda.

Sus palabras me hicieron sonrojar de la vergüenza, y sólo negué para continuar con el camino al mismo pasillo donde encontré el libro el día anterior.

Ella no lo dijo con malas intenciones; lo hacía para recordarme, ya que una vez me dormí en pleno estudio, y McGonagall con otros profesores tuvieron que venir a sacarme.

Albus Potter como siempre burlándose de eso hasta el año anterior.

A veces lo amaba, pero en otras oportunidades me encantaría hundir su cabeza en el lago.

Fui sin rodeos hasta el lugar donde estuvimos ayer, suspirando cuando no había ningún estudiante. Los que conseguí ver estaban en los otros pasillos leyendo algún libro.

Creo que hasta pude visualizar a uno durmiendo.

Dejé mis pertenencias sobre la mesa, dejando así el último lugar junto a la ventana reservado para mi; a esa hora, la luz del sol podía entrar perfectamente.

Eso me ayudaría a leer y quizás así sepa cuando sea el momento de volver.

Me hice una cola alta con una liga que solía traer en mi muñeca derecha, y estirando mi uniforme, avancé hasta una de las estanterías con libros.

El libro que ya había obtenido ayer me servía de mucho, pero quería ver si existía otro el cuál pudiera reforzar los conceptos.

Muchos trataban sobre Pociones, Adivinación y Herbología.

Pero en ninguno de esos estaba complicada... por ahora, claro.

—No puede ser simplemente el único. —susurré, estirando mi mano cuando me percaté de uno.

SUNFLOWER | Harry PotterOnde histórias criam vida. Descubra agora