- ¿Un nuevo Rey? Cap. 31 -

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Meliodas: ¿que? -podía sentir la rabia que desbordaba-

- lo que escuchas Meliodas -no iba a dejar que me intimide-

Zeldris: no lo permitiré, te lo voy diciendo de una vez -se metió entre los dos-

- ¿y tu quien eres para decirme que esta bien y que no? -no quitaba la mirada a Meliodas-

Zeldris: así sea que yo tenga que morir, no voy a permitir eso -lo mire rápidamente-

- no estas hablando enserió -solté una pequeña risa nerviosa- te conozco, yo...

Zeldris: ¿crees que yo juego cuando se trata de ti? -

Estarossa: esto se puso bueno -dijo mientras disfruta la discusión-

- callate -dijimos los 3 al unísono y nos miramos entre si-

Meliodas: creo que ya hablamos todo lo que teníamos que resolver -me dio la espalda- tomare el trono

- ¿tu crees que los chicos te perdonen esto? -lo seguí- ¡esto es una traición!

Meliodas: ¡¡seré el rey te guste o no!! -me grito molesto, suspiré- esto lo hago por ti, no te voy a perder

- y tu Zeldris, ¿que opinas de este sacrificio del gran Meliodas por mi? -mire a Zeldris quien parecia no estar a gusto-

Meliodas: el no tiene nada que ver en esto -miro rápidamente a este- el y yo tenemos un trato

- ¿trato? -bufé molesta- osea soy un objeto en esta maldita enemistad de ustedes dos -

- ¿y que trato se puede saber que fue reemplazada sin mucha demora? -no mire a ninguno de los dos-

Zeldris: no te atrevas hermano, esto es entre los dos, no la metas a ella en esto-

Meliodas: merece saberlo, se dará cuenta de que lado tiene que estar -

- dejen de discutir y díganme de una vez sino quieren que explote este castillo -dije molesta-

Meliodas: Zeldris tiene.. -Zeldris lo golpeo y saco su espada para tratar de atacar a Meliodas-

Pero este lo saco de encima suyo tan fácilmente, se le notaba a Meliodas el cambio de poder que adquirió y eso que aun no era el rey, tenia que hacer algo rápido.

- basta los dos de pelear como niños pequeños -me puse enmedio de los dos-

Meliodas: ¿porque no le dices de una vez como se llama? -

- ¿quien? -mire a Zeldris- ya no soy una niña, me canse de esto -

Zeldris: Gelda... -desvió su mirada a otra parte- ella se llama Gelda

- ¿quien? -me acerque a el- no entiendo sino me explicas que esta pasando

Meliodas: Gelda es la mujer que Zeldris siempre a amado -

Al escuchar eso, sentí que algo en mi se rompió, ni entendí este ahogo que estaba experimentando en mi corazón, sentí como se hundió por completo y no entendía el porqué, no sabía si era por saber que Zeldris tenía un amor o saber el yo no era la correspondida de ese amor.

Di unos pasos atrás sin mirarlo, tal vez todo eso fue una maldita mentira para regresar a los mandamientos y estaba más segura de eso..

Aunque en el fondo quería sea un error lo que este pensando que me estaba utilizando de una manera tan cruel que caí de esa manera.

Aunque hubiera una parte de mi que quería a Meliodas, había otra parte que también quería a Zeldri, y saber que Meliodas no me correspondía a mi sino a Elizabeth, me dio esperanza saber que podía ser correspondida por Zeldris.

Pero ahora se que la que tiene el sentimiento de el, se llama Gelda...

Zeldris: podemos hablar en privado, quisiera...-lo interrumpi-

- felicidades, fue un objeto de intercambio por...ella -dije sin verlo-

Zeldris: no es lo que tu crees, yo acepte este trato por ti, quiero ti bienestar y quería suicidarte al querer enfrentarte al Rey Demonio, yo solo...

- tu solo pensaste en ti, te dije, fui hacia a ti a pedir tu ayuda y me diste la espalda -hable molesta sin verlo-

Meliodas: ahora entiendes en que posición estas entre este triángulo y las circunstancias que te dejan -

Tenía que reprimir todo esto, tenia que guardar todo esto y no mostrarme débil, sabia que si daba señal de que esto me afecto, les daría la victoria sin aun haber peleado.

Solte una pequeña risa mirando a los dos.

- eso no me quitará mi lugar de reina, ¿o si? -suspiré, no dudes de tus palabras, pensé-

- seré reina, tengo el poder y el lugar -los miré- si soy reina, podré seguir con esto Meliodas -

Meliodas: si sigues con esto, te enfrentarás a mi, el Rey Demonio -

- ¿tu crees Meliodas que solo es en contra del Rey Demonio? -me acerque a el quedando en frente de el- existe también la Deidad Suprema, tenemos cuentas que resolver, cuentas personales

Meliodas: ¿QUE TENGO QUE HACER PARA QUE DEJES ESO? -grito de pronto haciendo que me asustara- ¡te quiero a ti y no quiero que mueras! ¡no quiero que te alejen de mi lado!

Mordí mi lengua tratando de aguantar las lagrimas, no podía dejar que me vean débil, no podía...

- tu..tu lo haces por Elizabeth -no podia mirarlo a los ojos- tu no quieres que ella se muera..en tus brazos, frente de ti, esto lo haces por ella -me aleje de ellos dos con intenciones de irme-

Zeldris: ______, por favor, déjame...-

- y tu lo haces también por ella, ¿Gelda, no? Así se llama, ustedes tienen a quien salvar, olvídense de mi -salí de la habitación dejándolos ahi dentro-

Camine tan rápido que pude hasta salir del castillo y adentrarme al bosque, tenia en mi cabeza retumbando cada una de sus palabras pero en el fondo sabía que eso no me serviría si ellos dos ocupan un lugar en otro lado.

Cuando sentí las lágrimas caer, no podía aguantar esa decepción...sentimental, sentía como mi corazón pedía a gritos que sea mentira lo que sabía pero no podía...

Meliodas tiene a Elizabeth...

Zeldris tiene a Gelda, que recién me entero de su presencia y a la vez ausencia porque en mis años en ese lugar, jamás escuché su nombre entre las paredes del castillo y hace su aparición en el peor momento.

Solté un grito mientras lloraba, todo fue una...mentira, todo fue un engaño..

Había amado a Zeldris por años pero sabía que sería imposible ser correspondida o que el me vea con otros ojos que no sea de una niña con problemas de poderes pero cuando sentí su apego y su cariño hacia mi, me sentía amada por primera vez..

Meliodas lo empecé a querer poco a poco, su trato hacia mi y el querer que este bien, las pequeñas conversaciones y estar a mi lado, sus palabras de afecto de no querer perderme o que haría lo que fuera por mi, me hizo quererlo a amarlo.

Pero cada uno tiene ya dueña y no soy quien para reemplazar ese amor...

Octavo Pecado (Meliodas y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora