- Me llaman la atención las latinas más que las europeas o inglesas, pero por ti podría hacer una excepción. – alce una ceja.

- Quisieras. – dije y baje del carro caminando hacia la entrada del hotel.

- ¡sabes que bien en el fondo te gustaría probar este chico! – ladeo la cabeza sonriendo.

- Buenas noches, ojos grises. – dije y seguí caminando.

Apenas llego a mi suite, me quito el abrigo y los zapatos, comienzo a quitarme la ropa tirándome sobre la cama cerrando los ojos.

Abro los ojos centrándolos en la persona que permanece frente a mí, su rostro está oculto por una macara, su cabello rubio platinado lo trae amarrado en una cola alta, lo único que logro ver son sus ojos azules.

Me tenso al ver que saca un arma de fuego apuntando hacia mí.

Me angustio cada vez más al no poder gritar, ni moverme, me abrazo a mi misma sin quitar mis ojos de ella.

Aprieta el gatillo, abro los ojos tomando mi cabeza.

- Fue solo un sueño, tranquila iris, solo fue una pesadilla como las que tienes siempre. – me dije a mi misma para calmarme.

Mis manos están temblando, tiro de mi cabello cerrando los ojos.

Saco de mi caja de medicamentos las pastillas para poder dormir, me tomo una pastilla y media, bebo un poco de agua y vuelvo acurrucarme para tratar de dormir.

Rusia 21:00 pm

Camino hacia el club entrando por la puerta trasera, las chicas al parecer ya llegaron y se están preparando para el show.

- ¡llegas tarde! – me regaña Doris, la ignoro sentándome en mi silla para comenzar arreglarme.

- ¡chicas todas tendrán un cliente en específico, apresúrense tienen que ir a sus mesas....y recuerden niñas, si ellos quieren ir a una suite me dicen para cobrársela! – dice el dueño del club.

Deslizo por mis piernas unas medias negras que me llegan hasta la mitad del muslo, termino de arreglar mi conjunto de lencería, me coloco mis tacones negros de 15 centímetros. Maquillo mis ojos con un fino delineado, mis labios los pinto de un rojo carmín, como las rosas rojas que tanto me gustan.

Estoy a punto de ponerme una peluca pero el dueño del club me detiene.

- No, peluca fuera esta noche. – fruncí el ceño. – el cliente que te toco te solicito con tu cabello natural. – asentí dudosa.

¿Tanto le importa al señor mi cabello?

Al parecer sí.

Me pongo un abrigo negro entero, su largo es hasta las rodillas, lo abrocho completo para que no se vea nada de lo que traigo debajo.

- Muy bien niñas, comiencen a salir todas a consentir a esos señores bañados en dinero. – nos dijo el presentador.

Todas comienzan a salir, estoy a punto de salir pero me interrumpe el dueño del club.

- Tu cliente te espera en la suite 36, pórtate bien con el....me pago una fortuna por ti. - alce una ceja.

- ¿Cuánto pago por solicitarme? – sonríe lamiendo sus labios.

- 70 millones. – abrí los ojos como platos.

¿Quién coño paga esa cantidad de dinero por solicitar una puta?

Bueno, no soy exactamente una puta....pero debo admitir que estoy impresionada que hayan pagado esa cantidad.

¿Acaso cagan el dinero?

peligrosa cercaníaWhere stories live. Discover now