Capitulo 20

254 25 5
                                    

"reina hielo"

Iris

Por fin me dieron de alta, Doris en estos momentos junto a anne me están ayudando a vestirme, me trajeron un buzo gris cómodo, junto a una camiseta blanca de algodón, y un polerón negro con capucha. Mi cabello lo amarre en una cola alta, limpie mi cara con agua fría. Anne me está colocando unas pantuflas de gatito, me las compro en el mercado, debo admitir que son muy lindas y tiernas.

Entra una enfermera con una silla de ruedas, mi doctor entra atrás de ella, me sonríe.

- Bueno paciente gruñona, hora de sacar los puntos. – me dice, mientras se coloca unos guantes quirúrgicos.

Me acuesto en la cama levantando mi camiseta, el doctor desinfecta la herida cortando los puntos uno por uno.

- Estas lista, recuerda tomarte los medicamentos y echarte la crema que te di en la herida todas las noches. – asiento bajándome la camiseta. – no te agaches y no realices movimientos bruscos, trata de no moverte, y nada de misiones por cinco días, no queremos que tengas una hemorragia o infección luego.

- Okey, okey...ya entendí. – ruedo los ojos.

- Ustedes vigilen a su amiga, es una de las pacientes mas tercas que conozco. – se dirige a mis amigas.

- No se preocupe doctor, nosotras la cuidaremos. – le dice Doris.

- Muy bien, siéntate en la silla de ruedas. – me ordena el doctor.

- Puedo caminar, no estoy inválida. – me mira serio.

- Si no te sientas en la silla, retirare el alta. – lo fulmino con la mirada sentándome en la silla.

- Listo, ya me senté. – indico, me sonríe.

- Hasta luego paciente gruñona, sigue las indicaciones que te di. – me dice antes de irse.

- Adiós doctor payaso, gracias. – me despido, me sonríe.

Las chicas me llevan en silla de ruedas donde nos espera leo en su coche, me levanto con cuidado subiéndome en el asiento trasero. Me tenso cuando anne cubre mis ojos con una venda.

- ¿Qué haces? – le cuestione, suelta una risa.

- Te tenemos una sorpresa. – escucho que me responde.

- Odio las sorpresas. – Doris suelta una risa.

- Sabes que te encantan, ahora cállate. – me dicen.

No veo absolutamente nada, no sé donde cojones me llevan. No sé si me desespera esta situación o me emociona.

Puedo sentir como detienen el coche y me abren la puerta, una gran mano toma la mía, obviamente ninguna de las chicas me está ayudando a levantarme. Ese perfume entra a mis fosas nasales, es Klaus.

Me llevan no se a donde, hasta que nos detenemos, todo está en completo silencio.

Me quitan la venda, pestañeo varias veces acostumbrándome a la luz, hasta que finalmente fijo mis ojos en la persona frente a mí.

- Hola reina hielo. – mis ojos se llenan de lagrimas.

- Michael... - susurre.

- ¿no piensas saludarme? – me pregunta, suelto una pequeña risa acercándome a él.

Me envuelve en sus brazos, son igual que antes, igual de cálidos y acogedores. Recuesto mi cabeza en su pecho, las lágrimas siguen cayendo por mis mejillas.

No puedo creer que lo esté abrazando...

- Te extrañe un montón. – susurre. Su mano acaricia mi cabello, cierro los ojos al sentirlo.

peligrosa cercaníaWhere stories live. Discover now