nineteen » christmas tree farm

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capítulo diecinueve
( granja de árboles de navidad )

capítulo diecinueve( granja de árboles de navidad )

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CLINT MIRÓ A SU HIJA, CON UNA MUECA DE DOLOR. Betty tenía los ojos llenos de lágrimas y empañados. Una herida en el lado izquierdo de su cabeza parecía haberla dejado fuera de juego.

—¿Betts...?

—Me duele —murmuró ella, llevándose la mano a la sien.

Parpadeó para contener las lágrimas. Natasha ya no estaba, pero la sensación de haberla visto continuaba allí.

Casi era como si sintiera... paz. Algo que hacía tiempo que no sentía, al menos no una paz completa.

Había podido decirle que lo sentía. Había podido decirle que la quería. Puede que no fuera Natasha. Era lo más probable. Pero para Betty, era como si lo hubiera sido.

Llevó la mano a su collar y se permitió sonreír. Le habían visto sonreír. Le había visto pronunciar algo silenciosamente, había podido leer en sus labios un te quiero.

Ahora, la tenía más cerca que nunca. Y, por una vez, el dolor no la superaba.

Se puso de pie. Tine estaba en el suelo y Pyotr la siguió poco después. Yelena peleaba con una furia imparable.

Tiró su bastón a un lado y avanzó con decisión hacia Clint, sacando su pistola. Le apuntó. Betty se puso en medio, preparada para intervenir.

Yelena se lanzó contra ella y la mandó de rodillas al suelo tras esquivar sus golpes, más lentos de lo normal debido a la herida en su sien.

La esquivó y fue directa hacia Clint, la pistola directamente apuntando hacia él. Un segundo y todo terminaría. Betty se puso de pie, consciente de que lo más probable era que no llegara. Pyotr y Tine tampoco.

Yelena soltó el silbido. Aquel saludo que los tres hermanos habían usado. El que habían permitido conocer a Betty. Su saludo secreto.

Una única respuesta se escuchó y el desconcierto atravesó el rostro de Yelena. No solo desconcierto: dolor.

Miró a Betty, como si esperara que hubiera sido ella, aunque era evidente que no. El sonido no había venido en la dirección donde ella estaba. Tampoco había sido Pyotr. Ni Tine. Ambos se habían quedado parados a pocos metros a espaldas de Yelena al escuchar el silbido.

Solo quedaba una persona que hubiera podido silbar de vuelta.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó Yelena; su voz temblaba ligeramente—. ¿Ha sido Liza quien...?

✓ ARTEMIS. ❪ kate bishop ❫Where stories live. Discover now