Un vrai amour - CryGi.

!!!

Día martes por la mañana.
La rubia se encontraba tomando su desayuno; unas simples tostadas con mantequilla y una taza de café, aunque la verdad, no le gustase demasiado; de vez en cuando miraba el reloj sobre la pared, ya deberían de irse, pero su hermana aún no se dignaba a aparecer, cosa rara, pues si hablamos de responsabilidad y puntualidad, Daya le ganaba por mucho. Aún así, no le prestó mucha atención a eso y siguió con su desayuno, de seguro sólo se estaría arreglando.
Terminó su desayuno, y lavó lo poco que había ensuciado, prefería lavarlo de inmediato que dejarlo para después. Estaba algo cansada, ya que el día anterior había sido un día largo en el trabajo, le gustan los niños, pero no cuando se asustan de ella y comienzan a llorar.

Secó sus manos y ahora sí, caminó hacia la habitación de Daya, ¿Acaso se había quedado dormida también? Era algo... Bastante extraño; y es que no se podían dar el lujo de faltar teniendo en cuenta que estaban estudiando gratis por dar lástima.
Tocó la puerta con delicadeza, estaba cerrada; extraño también.
─ Daya, ¿Estás lista ya? Debemos irnos. ─ Esperó algunos segundos esperando escuchar alguna respuesta, pero no escuchaba ninguna, así que nuevamente tocó la puerta ahora con un poco más de fuerza.
Al cabo de unos segundos, finalmente la menor le abrió la puerta; claramente no estaba arreglada y no pensaba ir.
─ No me siento bien. ─ Murmuró la menor, tratando de evitar el contacto visual; era obvio que había estado llorando toda la noche, rostro hinchados, voz temblorosa y el mismo hecho de que no quisiera ir al instituto.

─ Daya... ¿Qué pasó? ─ Crystal trató de acercar su mano al rostro de la contraria, pero fue rechazada con un leve golpe. Una conducta que le sorprendía de verdad.
─ Nada, sólo me siento mal, entiéndelo. ─ Dicho eso, la jovencita cerró la puerta con fuerza, incluso hasta golpeando en el rostro a la mayor.

Methyd se quedó observando algunos segundos la puerta de la habitación, con obvia preocupación en su rostro, no la obligaría a ir, habiéndola visto en el estado que estaba... Ya por la tarde le preguntaría qué le sucedía, puesto a que no le creía a eso de “Me siento mal” han vivido juntas toda la vida, ¿De verdad pensaba Betty que sus mentiras pasarían fácilmente? Estaba totalmente equivocada.
Soltó un pesado suspiro, debería de irse ya, o se le haría demasiado tarde. Caminó en busca de su mochila y la colgó sobre sus hombros, saliendo luego de la casa y cerrando con llave, estaba segura que su hermana no se levantaría de nuevo para ver si la puerta estaba bien cerrada; aunque bueno, era algo gracioso, no es que tuvieran muchas cosas de valor que pudieran robar.
A lo largo de su caminata a la institución, que por suerte no quedaba tan lejos, la sonrisa en sus labios iba desapareciendo gradualmente, realmente no era un lugar al que le gustaba ir, la única razón eran los malos tratos de los demás hacia ella. Crystal siempre trata de ser lo más optimista y extrovertida posible, pero algunas cosas son inevitables; no encajaba con los demás ahí, parecía que eran de dos mundos diferentes.
Pero, siempre olvida todos esos comentarios negativos hacia ella con una sola presencia, las cosas junto a ella... No son tan malas cómo lo son cuando está sola.

A penas entró, caminó hasta su casillero, rápidamente puso su contraseña, cuál era su fecha de cumpleaños pero del revés; sacó algunas cosas y guardo otras. La verdad es que la mitad de las cosas que tenía guardadas ahí no tenían nada que ver con las clases.
Se sobresaltó al sentir una mano sobre su hombro, pensando ya lo peor y que podría ser alguien desagradable; aunque al voltearse se encontró con una grata sorpresa, y esa leve expresión de miedo, cambio por una dulce sonrisa.
─ Buenos días, Crystal, ¿Cómo te encuentras? ─ Preguntó la pelirroja, quién sonreía de manera brillante y jovial.

─ Creo que estoy bien, no es que haya mucho que contar ya que apenas me desperté hace una hora, pero bien, ¿Y tú, Gigi? ─ Estaba claro, si Goode no estaba junto a ella, estaría mal.
Odiaba sobrepensar demasiado.

─ Estando contigo, estoy de maravilla. ─ Coqueteaba con la mayor de una manera no tan sutil, pero de verdad, ¿Por qué tendría que ocultar el hecho de que le atraía Crystal? Para mantener su reputación, pero bueno, ese es otro asunto; ahora mismo estaban solas, así que era libre para decirle eso sin que nadie diga algo.
─ Por cierto, ¿Ésta tarde estás libre? Tengo dos entradas para ir al cine, invité a Jaida, pero me canceló porque hoy estaría muy ocupada... Así que, me gustaría que me acompañaras para no desperdiciar las entradas. ─ No era verdad, era una gran mentira por parte de Gigi, pero tampoco quería ser tan obvia, se sentía extraño, tal vez eran aun esos nervios.

─ Pues... ─ Crystal ladeó sutilmente su cabeza hacia un lado, pensando en que responder, y es que de verdad quería aceptar, pero había alguien más que le seguía preocupando.
Justo que había abierto la boca para hablar, sintió un golpe sobre su hombro derecho, soltó un quejido y vió de quién se trataba:
La víbora de Jackie Cox junto a sus acompañantes que nadie recuerda.
─ ¡Oh! Perdón, Crystal, la verdad es que no te ví... Aunque no es del todo mi culpa... ¿Cómo esperas que te vean si te ves así? Si es que prácticamente pareces que te acabas de levantar, pero, ¿Siquiera tienes para pagar el agua en tu casa? Puedes usar las duchas de aquí. ─ Jackie odiaba a Crystal, aunque ocupaba segundos de su vida para decirle cosas, era raro.

En cuánto la vió alejarse, la pelirroja frunció el celo mientras sujetaba la mano de la mayor, escuchar esas cosas le molestaba mucho más que a la mismísima Crystal. Para Gigi, Jackie siempre había sido una persona nefasta y que poco destacaba, la conocía desde hace ya años, desde que ella estaba en su primer año y Jackie en el segundo, jamás fueron amigas, ya que bueno. ¿Quién quisiera a alguien cómo Cox de amistad? De seguro es que no Brita ni Heidi la aguantan. Siempre la había visto cómo alguien muy... Egocéntrica, por ser hija de la directora, mucho más desde que obtuvo el papel de presidenta, de seguro ni lo ganó de manera justa.
─ Amiga... ¿Por qué dejas que te diga esas cosas? Puedes decirle algo de vuelta, o no sé, decirle a algún profesor, aunque no sirva de nada... ─ Dijo la menor con algo de duda, mientras de nuevo comenzaba a caminar sin soltar su mano, sólo que ahora, había entrelazado sus dedos, cosa que hasta a la rubia sorprendió.

─ Prefiero no meterme en problemas, estoy aquí por suerte, no quisiera que me expulsaran porque le dije algo a la gran Jackie Cox, no quisiera alejarme de ti aunque nos podemos ver fuera. ─ La mayor soltó una risa, más que nada para ocultar el peso de sus palabras. Estaba casi que obligada a soportar todo si quería quedarse ahí, pero bueno, algo malo debía de haber.
La rubia de vez en cuando bajaba la mirada hacia sus manos. La verdad es que... Se veían bastante bonitas juntas, además de que se sentía cálido; desvió durante unos cortos segundos su mirada hacia el rostro de la menor, realmente era muy bonita... Aún lo seguía pensando pero, ¿Estaba mal pensar que tu amiga es la chica más bonita que haz visto? Una pregunta que podía ser un poco más profunda que una simple amistad.
─ Me he olvidado, a tu pregunta de antes, si estoy libre por la tarde, así que será un gusto acompañarte. ─ Ambas detuvieron sus pasos, pues habían llegado al salón de química, la primera clase que tenía Crystal.

Gigi, de manera para nada sutil, mostró su emoción ante la respuesta dando unos muy pequeños saltitos. ─ ¡Perfecto! En ese caso, nos veremos en receso, para seguir hablando, nos vemos luego. ─ La pelirroja, sin decir algo, se acercó a la mayor y beso su mejilla, luego de eso alejándose mientras se despedía con su mano derecha. Methyd se quedó mirando a la muchacha irse, mientras acariciaba su mejilla;
Se había sentido cálido y bonito.

Volvió al mundo, por lo que sólo entró al aula y se sentó en su lugar, poco hablaba con sus compañeros de salón,la mayoría de veces sólo por las tareas grupales.