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Maratón 3/3





















Barley D'amelio
















Abro la puerta lentamente para no meter ruido, agarro de la mano a Chase y lo hago pasar en silencio a la casa. El chico estaba aguantando la risa con una sonrisa, la cual me hace sacar una a mi también. Cierro la puerta intentando hacer que no suene tan fuerte, cosa que logro. Me quito mis tacones para luego agarrar la mano de Chase y caminar hacia mi habitación. El suelta una pequeña risa, por lo que colocó mi mano en su boca.

— Cállate — le dije susurrando mientras veía a todos lados.

— Cállame — sus labios se estampan contra los míos tomándome nuevamente por sorpresa.

De un segundo a otro me encuentro acorralada contra la pared. Las manos de Chase están al lado de mi cabeza mientras sus labios están encima de los míos. Lo empujó suavemente agarrándolo de su camisa y haciéndolo caminar. Cuando estamos a punto de llegar a mi habitación, Chase me agarra fuertemente de la cintura haciendo que quedemos pegados. Escucho su respiración en mi oreja, por lo cual se me pone la piel de gallina. Su respiración está entrecortada, al igual que la mía. Me giro para agarrarle las mejillas y besarlo. Nuevamente sus manos se posan en mi cintura, acariciandola.

— Hay que meter menos ruido — le digo en susurro con la voz entrecortada encima de sus labios.

— Eso intentó — veo por la poca luz qué hay que sonríe travieso.

El iba a volver a juntar nuestros labios cuando una luz se enciende. Cierro los ojos con fuerza y escondo mi cabeza en el pecho de mi ex. Siento como el cuerpo de el se tensa, por lo que decido mirar hacia el pasillo. Veo a mi mamá, mi papá y a una Charli totalmente enojada parados a unos metros de nosotros. Me separo rápidamente de Chase e intento quitar mi labial corrido.

— Buenas noches señores D'amelio y Charli — la voz del ojiazul suena dulce pero a la vez grave.

— Hola — digo mientras intento sonreír.

La cara de mi gemela se desfigura rápidamente al ver la cara de mi acompañante, por lo que me giro a mirarlo. Gran parte de sus labios, mejillas y mandíbula tienen mi labial. Miro a mi mamá y luego a mi papá, los cuales miran primero a uno y luego al otro.

— Pensé que no estaban juntos — dice mi papá luego de un rato.

— Porque no lo estaban — habla ahora Charli con enojo — ¡Eres una maldita! — veo como se acerca a mi rápidamente, me escondo detrás del cuerpo de Chase, el cual me agarra la mano.

Mi mamá la agarra suavemente del brazo, deteniéndola. Sigo escuchando como me grita mas cosas, pero no me concentro en sus palabras. Cierro los ojos y me acurruco en la espalda de Chase. Rápidamente las lagrimas empiezan a salir de mis ojos. Me separo de él cuando mis manos empiezan a temblar y me cuesta respirar. Con la poca claridad que me queda camino hacia mi habitación, cerrando la puerta con llave para luego sentarme en el suelo con la espalda apoyada en la madera. Abrazo mis piernas mientras intento tranquilizarme. Siento unos golpes en la puerta y luego la voz de mis padres. Simplemente los ignoro mientras intento recoger más aire. La voz de Chase suena del otro lado.

— Barley, se que me escuchas. Intenta regular la respiración. Mira, sígueme. Inhala y exhala — me lo dice con tanta suavidad que me siento segura.

Voy siguiendo lo que me dice hasta que ya logro calmarme más. Luego de unos minutos decido abrir la puerta, encontrándome con un Chase con una mueca.

— Ven acá — habla mientras abre los brazos.

Las ganas de llorar me invaden de nuevo. Me tiro encima de él y lo abrazo con la poca fuerza que me queda. Su mano acaricia mi pelo lentamente mientras me repite en el oído que todo va a estar bien. En sus brazos me siento segura, como si de un niño tratase.

— No me sueltes por favor — le digo entre sollozos.

— Nunca mas te voy a soltar, te lo prometo — se separa de mi, agarra mi mano y nos lleva adentro de mi habitación — ¿Donde esta tu pijama? — me pregunta mirándome.

— Abajo de la almohada — asiente mientras corta nuestro contacto y camina para sacarlo, luego me lo entrega.

El ojiazul cierra la puerta y se da vuelta para que me cambie tranquila. Una vez lista me acuesto en la cama, palmeo a mi lado para que venga, lo cual hace. Se quita sus Converse y se acuesta a mi lado, quedando frente a frente.

— Gracias — le susurró acercándome más a él.

— Haría lo que fuera por ti Bar... — lo miro a los ojos antes de juntar una última vez nuestros labios.

Después me acomodo en su pecho, abrazándolo. Rápidamente me quedo dormida mientras escucho los acelerados latidos de su corazón.

𝐂𝐇𝐀𝐑𝐋𝐈 𝐎𝐑 𝐁𝐀𝐑𝐋𝐄𝐘? | Chase Hudson Where stories live. Discover now