Mi nomnbre es Akira Nisshoku.....
Recuerdalo a patir de ahora, por que sere la mejor heroina que el mundo haya visto.
"Los utilizare como mis piezas de ajedrez para accender en el mundo de los heroes."
"Me pareces interesante....."
"Con una Particul...
- ¡Ah, Nisshoku-san! – gritó una voz conocida detrás de ella. – B-buenos dias - dijo un poco nervioso el peliverde cuando la chica lo volteó a ver directamente.
- Ah...Midoriya-san...Buenos días. – dijo con un semblante tranquilo cuando lo volteó a ver.
Ambos chicos iban tranquilos caminando a la escuela juntos, hasta que pudieron ver un poco a lo lejos una multitud fuera de la escuela.
- ¿Por qué hay tanta gente? – preguntó el pecoso, algo nervioso al ver a la muchedumbre.
- Quién sabe...- expresó un poco extrañada la chica. – Como sea, tratemos de pasar. – dijo para encaminarse junto al pecoso a la entrada llena de reporteros.
- ¡Oye tú! – le hablaron al peliverde. - ¿Cómo son las clases de All Migth? – preguntó poniéndole el micrófono enfrente.
- Esto... disculpe, ¡debo ir a la enfermería! – dijo tratando de evitar a los medios. – V-vamos Nisshoku-san...- dijo tomando la muñeca de la pelirroja para salir de ahí.
Estaban a punto de irse pero los reporteros tambien empezaron a cuestionar a la chica.
- ¿Y tú? ¿Qué nos puedes decir de las clases con All Migth? – cuestiono rápidamente tratando de obtener una respuesta y que el peliverde no se la llevara. – Espera eres muy bonita... ¡¿No te interesaría ser modelo?! – preguntó el reportero al verla bien.
- Lo siento tenemos que retíranos. – dijo la chica heterocromática, para despues dejarse llevar por el pecoso que ya estaba muy nervioso.
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(...)
Una vez dentro de las instalaciones, caminando por los pasillos, el pecoso no se dio cuenta que aún traía a la chica agarrada de la muñeca.
- Emm.... Midoriya-san, sabes...ya puedes soltarme. – habló llamando la atención del peliverde.
- ¿Eh? – preguntó sin comprender, para después observar que todavia la estaba sujetando. – ¡A-ah lo siento mucho, Nisshoku-san! – expresó totalmente nervioso y sonrojado.
- No te preocupes, está bien Midoriya-san. – le contestó con una pequeña sonrisa tranquila.
Ambos chicos despues de eso, continuaron caminando para llegar a su salón.
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