— Yo tampoco, tu amistad vale mucho para mí, Rebe.— Mencioné tomando su mano.

—¿Olvidamos el beso y seguimos cómo amigas?— Sugirió con una sonrisa, asentí con mi cabeza.

— Olvidado.— Afirmé.

—¡Genial! Me siento liberada.— Celebró soltando un suspiro, reímos.

—¿Qué tal la pasaste con los chicos en mi ausencia?— Inquirí enfocando mi visión en la noche que ofrecía París.

— Son todo un caso, pero nos llevamos mejor.— Rebeca soltó una risita bajando la vista.— Irina me gusta.— Confesó de pronto, la observé rápidamente en shock.

—¿Q-qué?— Tartamudeé divertida.—¿En qué momento? ¿Cuánto me fuí?— Exageré golpeando su hombro juguetona.

— No exagereees.— Se quejó Rebeca.— Iri es muy linda.— Añadió sonrojada.

—¿Te dejo sola?— Repliqué burlona.— ¿Quieres pensar más en ella?— Caminé hasta el balcón riendo.

— No seas idiota.— Contestó Rebeca dandome un golpe en el hombro, reí.

— Si se da algo entre ambas sería muy bueno.— Mencioné con tranquilidad.— Tal vez así Iri deja de querer golpearme tanto.— Hablé enchinando los ojos.

— Es que a veces eres muy cabezota.— Mencionó Rebeca soltando un bufido.

— Gracias por las flores.— Bromeé sarcástica.

—¿Cómo está Poché? Espero no me odie.— Preguntó arreglando su cabello.

— Está muy bien y bueno, no te odia.,— Aseguré.— Tomó muy bien el asunto de nuestro beso.— Añadí con media sonrisa.

— Espero hablar con ella.— Comentó.— En un pasado la traté mal y también te descubrió con Renata.— Ladeé el rostro recordando a la gemela de Rebeca.

No sabía mucho de ella, Rebeca me contaba pocas cosas de ella, pero dice que también hizo un cambio positivo en ella, cómo Rebeca.

—¿Renata dónde rayos está?— Indagué alzando una ceja.

— En un psiquiátrico, está loca.— Soltó Rebeca con seriedad, me quedé estática viéndola.

—¿Qué?— Arrojé asombrada.

— Es broma.— Rebeca soltaba una carcajada y yo respiraba de nuevo.— Ayuda a papá con las empresas, nos invitó a su próxima boda.— Alcé mis cejas sorprendida ante su confesión.

—¿Con quién se casa?— Inquirí curiosa.

—¿Recuerdas a Tayler?— Abrí mi boca sorprendida viendo a Rebeca.

—¿Mi amigo de fiestas Tayler?— Repliqué sin salir de mi asombro.

— Ese mismo.— Rebeca soltó una risita.— Era el mensajero de la empresa, se enamoraron, papá no lo aceptaba, luego si y ahora van a casarse.— Explicó la historia de amor de su hermana.

— Wow, eso es genial.— Exclamé con alegría.

— Me alegro por ambos la verdad.— Declaró Rebeca con sinceridad.

— Bueno, yo debo arreglarme.— Avisé.— Tengo una cena importante hoy.— Añadí caminando para adentrarme a la sala.

—¿Las cenas dónde va tu entrenador y te alaban por ser una grande en el canotaje?— Soltó Rebeca burlona, reí sarcástica.

— Si, esa misma.— Contesté rodando los ojos.

— Dios te ayude.— Mencionó la rubia haciendo un mohín.

La lista || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora